En el círculo de espera por una oportunidad de pararse en la caja de bateo y conectar el imparable ganador están cuatro jóvenes a quienes el amor por el juego los ha llevado a hacer del campo su segundo hogar.
Doce años de subir al tatami para enfrentar sin miedo a sus rivales que en innumerables ocasiones fueron las mejores del mundo, sirvieron a Heidy Juárez para colocar en el primer plano al taekuondo, disciplina a la que sigue ligada, ahora como enlace de planificación en la Dirección General de Educación Física (Digef).
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