Magalí Rey Rosa

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NOTAS DE Magalí Rey Rosa

Magalí Rey Rosa

Opinión

Estamos solos

A la ciudadanía le toca analizar la situación actual de Guatemala, y decidir si vale la pena —o es posible— hacer algo para tratar de corregir el rumbo. Es duro admitir la irrefutable realidad de nuestras instituciones públicas, puesta en evidencia gracias a los sucesos recientes: ninguna tiene la entereza y la claridad necesarias para sacar al país del marasmo legal en que se hunde. Se necesita demasiado valor, y este no aparece por ninguna parte. Cuando se demuestra —con hechos— que los funcionarios públicos están más interesados en salvar su pellejo que en rescatar al país, es sano admitir que estamos solos; porque los diferentes gobiernos que “administraron” Guatemala desde que se inició la “era” democrática se dedicaron a enriquecerse y a robarle al pueblo, con mucho más ahínco que a servirlo.

Magalí Rey Rosa

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Estaríamos salvados

Seguimos mareados en medio de la vorágine de escándalos de corrupción. Esa corrupción gubernamental que se fermenta con la impunidad que impera en las cortes de justicia para convertirse en desgracia y muerte para la mayoría de la población. Solo en los temas ambientales es demasiado larga la lista de casos obvios de corrupción e impunidad gubernamental. La concesión de la mina Marlin I, calificada nula ipso iure por el Lic. Acisclo Valladares, por la forma en que fue concedida; la mina sigue operando. La violencia de los personeros de la minera San Rafael, comprobada con la grabación de un personero que ordena la muerte de “esos indios” (¡con esas palabras!) que se oponen; la mina sigue funcionando. Las irregularidades en el otorgamiento de la licencia minera en La Puya, donde el dizque presidente Pérez dio su palabra de cancelarla si había alguna irregularidad; por supuesto no hizo nada a pesar de que la Resistencia Pacífica tiene testimonios de expertos internacionales en minería que calificaron el Estudio de Impacto Ambiental como el peor jamás visto. El escándalo del Lago de Amatitlán en que Baldetti y compañía quisieron vernos la cara. La extracción ilegal del jade de la Sierra de las Minas, que terminó en Taiwán junto con lo que le quedaba de decoro a ella. La trágica muerte de los tres estudiantes de la Universidad del Valle en la mina de níquel de El Estor, la penosa actitud de los juzgadores y de esa casa de estudios. El encarcelamiento de líderes comunitarios de Huehuetenango por oponerse a las arbitrariedades de las corporaciones internacionales dueñas de proyectos hidroeléctricos impuestos. Ahora el escándalo del río La Pasión, en el que el ministro de Ambiente endilga culpabilidad a las comunidades (le dimos el beneficio de la duda, pero este resbalón es imperdonable) cuando la responsabilidad de las palmícolas es indudable.

Magalí Rey Rosa

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Corte de Corrupcionalidad

Muchas personas sentimos indignación y angustia profunda por la situación en que se encuentra Guatemala hoy. No es nueva: todas y todos sabíamos que hay corrupción, pero no cuán enraizada está en el Gobierno, desde cuándo es parte integral de las instituciones gubernamentales, cuánto le han robado al pueblo de Guatemala y cómo tiene secuestrado el sistema de justicia... Hoy la frustración nos asfixia, porque allí están las trampas —diseñadas por quienes llevan años aprovechándose del sistema— para que no podamos hacer casi nada para rescatar nuestro país. Ante la magnitud del problema de corrupción que enfrentamos, tendríamos que dejar de lado nuestras diferencias y actuar como un solo cuerpo en contra de este sistema político que nos ha engañado por décadas.

Magalí Rey Rosa

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¡No perdamos la Pasión!

Es alentador notar cuánta gente se esfuerza para cambiar el rumbo que llevaba Guatemala, agonizante en las garras de la corrupción. Desde quienes vamos a la Plaza a reclamar justicia, hasta quienes buscamos fórmulas legales para impedir que los malandros sigan haciendo piñata con Guatemala. Por eso es patético ver cómo hay gente empeñada en mantenernos divididos, aun en momentos tan críticos. Sin argumentos válidos, recurren a viejos miedos y a insultos para denigrar a quienes no piensan como ellos. Por intereses mezquinos difunden mentiras y recrean fantasmas del pasado con tal de desunirnos nuevamente para que dejemos la Plaza, la protesta y la propuesta. La historia los juzgará por intentar destruir esta posibilidad de enmendar el rumbo de nuestro país.

Magalí Rey Rosa

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Corrupción roba futuro

En medio de la incertidumbre política en que vivimos, con cada día que pasa nos queda más claro cuánto daño nos hace la corrupción que se instaló en casi todas las instituciones nacionales y en los centros de poder político. Admitamos que la población misma llegó a aceptar la corrupción como si fuera inevitable. Tal vez por haber permanecido indiferentes ante los desmanes de funcionarios públicos y sus socios, es que hoy estamos totalmente desbordados por ese vicio. Los ejemplos de cómo esa corrupción nos afecta en todo sentido abundan, pero quiero referirme a lo que sucede en la arena ambiental, porque la pérdida de nuestros bienes naturales es una de las tragedias más terribles, y tendrá efectos irreversibles a largo plazo.

Magalí Rey Rosa

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¿Qué queremos?

Nadie puede echar el tiempo para atrás, dijo Pancho en una entrevista reciente. ¡Cuánta razón! Hoy Guatemala vive un momento crítico. Si no logramos encontrar ahora “eso” que todas y todos los guatemaltecos queremos, no podremos sacar a Guatemala del despeñadero en el que se precipita debido a la corrupción instalada en el centro nervioso de nuestro país. Mientras la ciudadanía sigue encontrándose en la Plaza, y dando una muestra irrefutable de civismo, educación y buen ánimo, se destapan nuevos escándalos de robos descarados, que involucran a funcionarios de gobierno. La indignación ciudadana sube de tono y cada día hay más denuncias, pero se mantienen neciamente las conductas más nefastas. Estamos en medio de una gigantesca red de corrupción, que no empieza ni termina con el gobierno; que mantiene “relaciones comerciales” con muchos socios, a la que parte de la ciudadanía ve como normal. Nuestras instituciones están absolutamente penetradas; extirpar la corrupción será una tarea titánica que compete a todas y todos.

Magalí Rey Rosa

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Hartos de corrupción

Lo que pasó esta semana en La Puya demuestra cómo funciona “la cosa” en Guatemala. La minera se empeña en explotar metales donde la gente del lugar no está de acuerdo. El gobierno vela por los intereses mineros; paga soldados y policías para protegerlos, con los recursos del pueblo. La gente del lugar trata de defender sus derechos pacíficamente. Y la mayoría de los medios de comunicación reporta poco la noticia. Menos uno: Canal Antigua.

Magalí Rey Rosa

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La voz de los pueblos

“Señor Presidente: no somos un grupo, somos toda Guatemala la que quiere su renuncia. Somos pueblo. Otto Pérez Molina, diputados y políticos corruptos, ¡fuera del gobierno! Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno. No somos idiotas y estamos cansados de la corrupción. No estoy indignada, estoy emputada. Presidente: yo voté por usted, ahora demando su renuncia. Yo no vine porque me pagaron, vine porque me robaron. Dinosaurios: ya viene el meteorito que los va a extinguir. La indignación es mi recurso contra la corrupción. No vine acarreado, vine encabronado. No tenemos partido, tenemos conciencia. La indignación por el saqueo de mi país no se me pasa. Hasta ahora la calle no ha sido rebasada por nadie, ni contenida, ni encausada. Al carajo los ladrones por que el pueblo ya despertó. El gobierno pensaba que éramos idiotas, indiferentes y callados; ¡nunca más! Guatemala no es un estado fallido; funciona a la maravilla en función de los intereses de las clases dominantes y privilegiadas; es fallido solo para el pueblo. ¡Justicia ya! que devuelvan ya todo lo robado. Ni Otto ni Roxana imaginaron la protesta ciudadana”.

Magalí Rey Rosa

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Barbas en remojo

En medio de este caos político, los aspirantes a administrar nuestro país del 2016 al 2019 deben notar que el pueblo de Guatemala ya no es el mismo. Quedó comprobado que cualquiera que llega al poder, sin diferencia ideológica, llega a servirse, en lugar de llegar a servir. Los distingue el estilo, pero todos le han robado al pueblo. La gente se sentía indefensa ante los atropellos de los diferentes funcionarios públicos, pero eso se acabó. El pueblo está despierto, está empoderado, está furioso. Se sabe estafado y no tiene en quién creer. A saber cómo va a terminar este relajo, pues parece que OPM no encuentra a nadie presentable para proponer como vicepresidente, o nadie presentable le acepta la propuesta. Cada nombre que presenta aumenta la indignación ciudadana. ¿Alejandro Maldonado? ¡Uy!, ya veremos.

Magalí Rey Rosa

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¡Y aún hay más!

Es obvio que el señor Pérez no entiende. La ciudadanía ya no le cree al binomio, y ya no lo quiere. ¡Están despedidos! Aunque se escuden tras un supuesto respeto constitucional (que debieron exhibir hace muuuuuucho) sabemos que no renuncian por miedo. Pueden seguir mintiendo, como lo han hecho hasta ahora; pagando carísimos anuncios —que no convencen a nadie— con nuestro dinero, ya no es posible creerles. En política, lo que se filtra por los medios de comunicación es solamente la punta del iceberg; quién sabe qué se está cocinando realmente entre quienes tienen el control del país. Pero la población ya sabe que hay cosas muy sucias, que las actuaciones de nuestros “gobernantes” han sido despreciables, y les perdió cualquier traza de respeto. Toca ver qué hace el Congreso con la papa caliente del antejuicio para Baldetti.