El vocabulario de los animales

¿Las mascotas entienden? Aunque no se hable su mismo idioma, hay formas de comunicarse con los animales y que entiendan el sentir de cada persona.

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Los dueños de mascotas a veces se preguntan, “¿será que entienden el tema del que estamos conversando?” Probablemente el perro no sepa de qué se está charlando, pero sí sabe cómo te sientes.

Aunque los animales no tengan razonamiento, entienden otras partes de la comunicación, como la no verbal o el tono de voz. Esto les ayuda a entender qué está sucediendo. Si el tono de voz es severo, sabrá que estas dando una orden o un regaño, mientras que si es dulce sabrá que son cariños.

PALABRAS NEGATIVAS

Las palabras en sí no tienen un significado especial para los animales. En los perros, existe el condicionamiento operante, que es crear lazos entre una palabra y una acción. Por ejemplo, si a la hora de darle de comer le dices “¡A comer!”, cada vez que escuche esa frase sabrá que su plato estará listo.

Esto une ciertos conceptos negativos a los regaños o a las acciones poco favorables. Cuando usas el “¡No!” para indicar que hicieron algo malo, y empleas un tono de voz severo junto a una actitud erguida, la mascota sabrá que lo que hizo es algo negativo. Por eso no es recomendable que al regañar se use su nombre, pues podría tomarlo como una palabra negativa y confundirlo cuando lo uses para llamarlo, jugar con él o darle cariños.

PALABRAS POSITIVAS

Para las mascotas, un mensaje positivo va acompañado de caricias y mimos, incluso de recompensas comestibles. El perro sabrá que está haciendo algo bien cuando lo celebres, usando su nombre y palabras como “¡Bravo!” o “¡Bien hecho!”.

Tan importante es la palabra, como el tono de voz y la actitud que se toma. Para entrenar al perro se debe demostrar una actitud dominante, ya sea en un regaño o con elogios.

EL PODER DE LAS PALABRAS

Un claro ejemplo es cuando entrenas a un cachorro a ir al baño en una casa nueva. Al corregirlo, le dices un “¡No!” severo, pero al verlo ir al lugar correcto, lo celebras por hacerlo bien.

Los golpes no son recomendables a la hora de corregir, en su lugar, se puede hacer un rollo con una revista o un periódico para dar un golpe en la palma de la mano. No es necesario el golpe al animal, sino el sonido que genera. De esta forma sabrá que lo que hizo no está bien. Acompañado de una actitud erguida y un tono de voz enojado, el cachorro sabrá que no debe de repetir esta acción.

La constancia es clave importante para que las mascotas puedan crear nexos entre las palabras y las acciones. El trabajo diario, junto con un entrenamiento adecuado y respetuoso, generará un perro entrenado, con estabilidad emocional.

Un perro bilingüe

Los perros en sí no pueden distinguir idiomas, pero sí acciones. Si a un perro se le enseña a sentarse usando “sit”, en lugar de “sentarse”, solo lo hará escuchando la palabra en inglés. Parecerá que no entiende, pero sí recuerda sus comandos en el idioma en el que fue entrenado.

Noé dice…

Reforzar las acciones positivas de las mascotas les hará saber cuáles son los comportamientos adecuados.

 

Fuente: Dr. José Daniel López, médico veterinario y zootecnista.

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