Mi mascota es parte de mi familia

Conoce algunos aspectos que se deben tomar en cuenta al tener una mascota en casa.

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En muchos hogares, el retrato familiar está completo cuando sale el ser más querido y apreciado por todos sus integrantes: la mascota.

Ya sea un perro, un gato, un roedor, un pez o un reptil, o cualquiera que sea su especie. Toda la familia debe ser consciente de brindarle los cuidados necesarios y el control veterinario adecuado y constante para que la mascota viva bien y durante mucho tiempo.

Actualmente, el concepto pet friendly ha crecido bastante y ahora es posible que la mascota acompañe a la familia a diferentes destinos. El mismo concepto se debe aplicar al hogar familiar pues al tener una mascota, ya no puede ser una casa tradicional. Debe ser una amigable con el animal, que le proporcione lugares adecuados para el descanso y sus demás necesidades. Es necesario que la familia respete estos espacios y que no se vean ocupados por visitas que los puedan incomodar.

Atención: humanizar a los animales es maltrato

Todo en exceso es malo y el amor no es la excepción. Algunas personas aman tanto a sus mascotas que hasta los consideran también humanos, pero no lo son. “La felicidad de un perro es ser tratado como un perro y la felicidad de un gato es ser tratado como un gato”, recalca el licenciado en Zootecnia José Daniel López.

Con esto, López se refiere a que algunas prácticas que se consideran buenas “por amor” a los animales, se traducen como maltrato pues limita su movilidad, su desarrollo natural e incluso su seguridad. Entre ellas, vestirlos con ropa de humanos, ponerles zapatos, llevarlos en el carro como pasajeros entre otras acciones.

Si tu intención es cubrirlos del frío, adquiere ropa acorde a la morfología del perro o el gato. Es importante que esta no cubra sus genitales y para ello, venden ropa adecuada en las tiendas de mascotas. No se vale comprar ropa de humano para que se vea más lindo o haga juego con los atuendos de la familia.

“Hay razas que no están adaptadas a los días fríos porque son razas de lugares más cálidos. En ellos si se puede usar cierta protección como ropa acorde a su cuerpo, para darle protección contra el frío. Esto también aplica cuando, en el grooming, se ha retirado todo el abrigo de pelo en un perro y el clima está muy frío. En caso contrario no es correcto y es innecesario. Vestirlos se ha vuelto un cliché diario por el que la mascota podría estar sufriendo o puede estar incómoda o inhibirle cierta motilidad. Además, se le puede provocar enfermedades en la piel por falta de ventilación”, recalca López.

López recalca también los peligros de ponerle calzado a las mascotas. “Los zapatos para perros pueden crear un sobre crecimiento de sus pezuñas porque no las gastan al caminar. También puede crecer excesivamente el pelo entre sus almohadillas lo cual se vuelve incómodo para ellos y pierden tracción. Lo recomendado es no sacarlos en horas de mucho sol o mucho frío, si no es necesario. Sus patas pueden sufrir a pesar de la protección de los zapatos, en climas extremos”, añade el zootecnista.

Lo que se debe evitar a toda costa es que la ropa cubra o tenga contacto constante con los genitales de perros o gatos. “Ellos utilizan sus glándulas perianales y sus genitales para comunicarse por medio de olores. Taparlos es igual a reprimirlos”, destaca el especialista.

No te confundas, siempre y cuando sea ropa hecha para perros o gatos, no la tenga puesta por días enteros o períodos muy largos y no cubra sus genitales, se la puedes poner. Si tienes alguna duda al respecto, consulta con tu veterinario de confianza. Y antes que todo, observa cuál es la reacción de tu animal de compañía al tratar de vestirlo. Si no se deja o no quiere, es porque simplemente es algo que no debes obligarlo a aguantar y debes respetar su naturaleza.

Noé dice…

Al incorporar a un animal a la familia, se debe tener claro que es un compromiso a largo plazo y que se cuidará al animal durante todo su tiempo de vida. Un perro vive entre 10 y 15 años, un gato lo hace entre 15 y 20 años. Los roedores no superan los 5 años y los reptiles pueden llegar a vivir entre 20 y 25 años. Las tortugas son tan longevas que pueden vivir hasta 50 años, incluso la tortuguita que compraste en el acuario.

Fuente: licenciado en Zootecnia, José Daniel López. Arca de Noé.

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