Niños y mascotas: conexión especial

Esta interacción representa una oportunidad importante de aprendizaje que vale la pena aprovechar.

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La niñez es una etapa de suma importancia para el ser humano debido al desarrollo que se da en múltiples áreas que moldean el resto de su vida a nivel cognitivo, afectivo, físico y motor. Tener una mascota durante esta etapa proporciona una buena oportunidad para fortalecer la relación con la naturaleza y con los animales y al mismo tiempo, ser de provecho para los padres durante el proceso de enseñanza y desarrollo de sus hijos.

De manera natural, los humanos ya comparten una conexión con la naturaleza que puede deberse a un proceso evolutivo, siendo su función la de promover la cooperación entre especies. En el caso de las familias y las mascotas, el vínculo se establece en la convivencia, el juego, la alimentación, al igual que las experiencias. Dar y recibir afecto de una mascota aumenta la oxitocina en el cuerpo, disminuyen actitudes defensivas e incrementan las posibilidades de vinculación.

Son múltiples los beneficios del vínculo entre los niños y las mascotas. Estudios recientes demuestran que los bebés que crecen en hogares con una mascota son menos propensos a padecer de enfermedades comunes de las vías respiratorias y es menos probable que necesiten usar antibióticos. Según la psicóloga clínica Maritza Avila, destacan los siguientes beneficios:

“La literatura, sugerencias generales y nuevos hallazgos científicos, se centran ampliamente en seis áreas: amor, apego y comodidad; aprendizaje no verbal y sensomotor; responsabilidad, crianza y capacidades; aprendizaje sobre la vida, la muerte y el duelo; beneficios terapéuticos, psicológicos y salud física; nutrición de la humanidad, conciencia ecológica y responsabilidad ética”, explica Avila.

Beneficios de tener una mascota en la niñez

El duelo: cuando una mascota fallece, el niño puede aprender sobre el proceso de duelo.

Respeto: las mascotas requieren poco contacto cuando están comiendo o durmiendo, lo que puede ser un aprendizaje para límites y respeto por otros. Esta es una cualidad compleja de aprender para niños de poca edad.

Autoestima: cuando una mascota muestra amor incondicional, la autoestima del niño se eleva. Ser responsable también mejora esta cualidad.

Lealtad: las mascotas son muy leales y son el mejor ejemplo de cómo tratar a otros que son importantes para el niño y la familia.

Paciencia: a veces, asociarse con una mascota toma tiempo, así como enseñarle trucos y buena conducta.

Relaciones sociales: las mascotas son las mejores para “romper el hielo”, promueven conversaciones entre los demás, lo que mejora sus relaciones con su entorno.

Empatía: niños que crecen con una mascota, muestran mejor empatía hacia otros animales y personas en general.

¿Quién es el verdadero responsable?

El niño puede ser el dueño de la mascota, pero los encargados y responsables del animal deben ser los padres de familia. De esta manera, el niño puede tener cierta cantidad de responsabilidad con el animal, pero, si se aburre y ya no sabe como manejar al animal, los padres deben hacerse cargo de él. Esto significa comprometerse de por vida con la mascota y dar el ejemplo de que el abandono no es una opción.

Asimismo, el licenciado en Zootecnia José Daniel López, recomienda que los niños tengan como mascotas a animales fuertes, resistentes y amigables, como perros de razas cobradoras: Golden y Labrador Retriever. También pueden ser mascotas de interacción, análisis y observancia como los peces, con los cuales no necesariamente deba interactuar, pero si ser responsables de su alimentación.

Si por el contrario, el niño demuestra temor o rechazo a tener una mascota, Avila señala que es también un comportamiento normal. En este caso, no se debe introducir una mascota a la fuerza, sino de manera gradual. Hablar pacientemente con el niño para entender sus razones y presentarle a otras mascotas, en hogares familiares y de confianza, para dejarlo fluir y que poco a poco se abra a esta posibilidad.

Noé dice…

Siempre se le debe solicitar permiso al dueño, para interactuar con su mascota. Un niño no debe acercarse a una mascota ajena sin autorización.

 

Fuentes: licenciado en Zootecnia José Daniel López. Psicóloga Clínica Maritza Avila.

 

 

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