Por la necesidad de prestar atención terapéutica a menores con sordera, ceguera, autismo —déficit del desarrollo— y Síndrome de Down se creó la Fundación, que se sostiene con las ganancias obtenidas por la venta de comida, la cual incluye diversos platillos regionales.
Mejoran condiciones
El director de la Fundación, Edwin Marroquín, explicó que los pacientes mejoran sus condiciones de vida porque reciben terapias con animales. Para ello crearon una granja con el respaldo de la Fundación Bocalán, que ha amaestrado a 25 especies para que interactúen con los menores.
En la granja han sido atendidos más de 500 niños del Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala, la Fundación Guatemalteca para Niños con Sordoceguera Álex y de otros centros de atención del país, explicó Marroquín.
“Nuestro propósito es ayudar a estas personas a salir adelante”, expresó Marroquín.
Óscar Zeta, encargado de la granja, manifestó que los niños conviven con perros de diferentes razas entrenados para guiar a no videntes. Además, pueden reconocer los sonidos emitidos por los patos, gansos africanos, gallinas de guinea, gallos de pelea, pavos, liebres, ovejas, cabras y caballos enanos.
Mantenimiento
El ingreso es gratuito para referidos por instituciones de beneficencia. Los adultos pagan Q10, y los niños, Q5. Los fondos recaudados sirven para mantenimiento.
Los animales requieren de cuidados especiales y entrenamiento para lograr resultados en los pacientes, afirmó Zeta.
La visitante Dina Baldetti dijo: “Pocas instituciones apoyan a menores con enfermedades físicas, por lo que es necesario contribuir para beneficiar a más niños”.
El turista Jorge Reyes comentó que desconocía que los fondos obtenidos en el restaurante son empleados para obra social, pero le satisface que haya gente interesada en el cuidado de los niños.