Añadió que esa falta de control influye en que los menores sean potenciales consumidores de tabaco.
“Considero que las autoridades tendrían que hacer monitoreos constantes en los expendios de tabaco, y ver si venden cigarros a menores”, dijo Martínez.
Tarea familiar
Mercedes Guerra, otra vecina, indicó que el problema se tiene que evaluar desde varios puntos de vista, ya que si bien no existen monitoreos, los padres de familia son los encargados de corregir a sus hijos cuando detecten que fuman.
“La responsabilidad de evitar el consumo de tabaco también tendría que ser de las escuelas e institutos, donde a los estudiantes se les tendría que orientar sobre las consecuencias de fumar”, manifestó Guerra.
Edna Soto, psicóloga de la Auxiliatura de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), expuso que algunos factores que impulsan a los adolescentes al vicio del tabaco son la desintegración familiar, la falta de atención y la presión de los amigos.
Agregó que han dado apoyo psicológico a familias en las cuales niños de entre 6 y 7 años, inducidos por adultos, ya consumen tabaco.
Resaltó que el problema ocurre con más frecuencia en Parramos, El Tejar, Zaragoza, San Andrés Itzapa y la cabecera, donde según cálculos, de cada 10 menores, siete fuman o lo han hecho en alguna ocasión.
Según el gobernador Guillermo Lam, aunque no existen datos sobre la cantidad de niños y adolescentes que consumen tabaco, han elaborado líneas de acción con la Policía Nacional Civil (PNC), el Área de Salud y la PDH, para exigir a los comerciantes que no vendan cigarrillos a menores.
Brindan charlas
El gobernador agregó que, en coordinación con la Unidad de Prevención del Delito de la PNC, visitan escuelas para informar a los estudiantes sobre las consecuencias de fumar, ingerir licor o consumir drogas.
Carlos Tohón Escobar, jefe de la Comisaría 73, explicó que en algunos casos, los menores que fuman buscan áreas solitarias o discotecas.
Añadió que cuando sorprenden a un menor fumando, lo trasladan a la Procuraduría General de la Nación, para que cuando los padres lleguen por ellos, se comprometan a vigilar y atender a sus hijos.
Buscan prevenir problema
Amparo Figueroa Marroquín, trabajadora social del Área de Salud de Chimaltenango, afirmó que fumar genera enfermedades al organismo.
Añadió que para contrarrestar el problema, impulsan campañas de prevención y concienciación.
Agregó que, en coordinación con el Ministerio de Educación, han organizado programas de áreas de espacios amigables y escuelas saludables, para impartir charlas a los estudiantes, a fin de que conozcan las consecuencias que tiene el consumo del tabaco en el organismo.
DATO
7 de cada 10 menores consumen tabaco en Chimaltenango, según la PDH.