“Me duele haber perdido de esta forma a mi mamá y mis hermanas, me siento muy triste por lo que pasó, pero es la voluntad de Dios y no podemos hacer nada. Solo me queda trabajar a la par de mi papá para sacar adelante a mis hermanos”, expresó Jerez.
El joven recuerda que esa mañana, su madre y sus hermanas estaban contentas porque se dirigían a Escuintla y él, ilusionado, a su trabajo.
El padre del menor, Benjamín Jerez Larios, afirmó que está preocupado por el ánimo de su hijo. “A veces se pone triste y tengo que ser fuerte para hablarle y decirle que esto que pasó tiene un propósito”, agregó.
La familia recibió ayuda para el velatorio y la inhumación de las tres mujeres, pero todavía no hay apoyo para su recuperación.
Sin dinero y ayuda
Leopoldo Isaías Chachavín, 21, también resultó lesionado en el accidente.
Los médicos le colocaron clavos en ambas piernas, debido a las fracturas que sufrió, y fue dado de alta del Hospital General San Juan de Dios, también el 5 de este mes, pero debe acudir a citas periódicas para verificar la evolución de su recuperación.
María Yoc, esposa del lesionado, dijo que no tienen dinero porque solo él trabajaba y no saben cuánto tiempo pasará sin volver a sus labores.
“Es una situación difícil, lo que quiero es ayuda, porque no hay dinero y no sabemos cuánto tiempo podemos pasar así. Tenemos un hijo”, expresó.
Yoc dijo a Prensa Libre que su familia no ha recibido apoyo de la aseguradora ni de autoridades ni vecinos, y prefirió no hablar sobre el estado anímico de su esposo.
No recibió atención
Abel Augusto Ajú, 28, se fracturó la tibia de la pierna derecha.
Tenía dos años de laborar como guardia privado y mensualmente le descontaban de su salario la cuota laboral del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), pero no fue atendido en ese lugar después del accidente.
Según Ajú, nunca se le tramitó el carné del IGSS, por lo que a pesar de haber pagado, no recibió prestaciones.
“No entiendo por qué no me atendieron en el IGSS, si mensualmente aparecía el descuento en la boleta de pago. Es injusto, los del seguro solo me quieren dar Q8 mil”, dijo.
Ajú mantiene a su esposa y tres hijos. “No puedo caminar, tengo que pagar Q800 al dueño de un picop para que me haga el viaje a la capital para la cita al hospital, y si es a Chimaltenango son Q300”, explicó angustiado. Debido a su situación solicitó la intervención del procurador de los Derechos Humanos. “Quiero que me paguen lo justo porque no sé cuánto tiempo va a llevar mi recuperación”, manifestó.
Paciente se encuentra en coma
El único sobreviviente que sigue en la capital está internado en el Hospital Roosevelt. Se trata de William Salomé Perén Us, de 36 años, quien, según su familia, se encuentra en coma desde que ingresó, y la única evolución visible es que mueve las manos y un pie.
Emiliana Tuy Hernández, esposa de Pérez, viaja cada lunes, jueves y domingo a la capital para visitarlo, pero no siempre tiene suficiente dinero para pagar el transporte.
Las dificultades económicas seguirán por tiempo indefinido, porque la aseguradora le informó que debe esperar la recuperación de su esposo para evaluar cuánto dinero le darán. Ambos tienen hijos de 17, 11 y gemelos de 5.