Expresó que esta actitud es bastante remarcada en el área urbana de la cabecera, donde la mayoría considera que el analfabetismo es un problema propio de los municipios pobres, como los de la región chortí, y por ello no prestan importancia a esta situación.
Sin embargo, de los aproximadamente 50 mil pobladores de la cabecera, unos 14 mil son analfabetas. “La mayor parte de quienes no saben leer ni escribir en este municipio son originarios de comunidades rurales”, señaló Pérez.
Obstáculo estructural
Otro obstáculo fuerte es estructural, ya que no existe coordinación de programas ni de instituciones por parte del Gobierno. “Las instituciones no se integran a un proceso determinado y cada una hace esfuerzos de manera aislada”, expuso.
Para ejemplificar, Pérez indicó que el Ministerio de Salud podría lanzar un proyecto en el que los pacientes reciban beneficios y al mismo tiempo sean motivados a asistir a clases. “Lo mismo podría hacer la cartera de Agricultura, con la mano de obra campesina”, aseguró.
Agregó que para conseguir trabajo como bombero forestal, por ejemplo, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres pide que los aspirantes sepan leer y escribir, pero para Pérez esto no es suficiente, ya que se debería exigir educación primaria completa.
En cuanto a la región chortí, manifestó que de los cuatro municipios de esta comunidad, el más afectado es Jocotán, en donde dos miembros de cada familia son analfabetas.
Un obstáculo en el lugar referido es la falta de alfabetizadores que tengan el ciclo primario concluido y que hablen y escriban ch’orti’.
También afecta la deserción, pues la alfabetización va dirigida a personas mayores de 15 años, quienes, en su mayoría, forman parte de la población económicamente activa, y por incorporarse al mercado laboral no concluyen los cursos.
También existen personas que no muestran interés en aprender a leer y escribir. “En su mayoría tienen más de 50 años”, afirmó Pérez.
Reginaldo Ramírez, técnico pedagógico bilingüe, señaló que la falta de educación académica se podría disminuir si los guatemaltecos cumplieran con el artículo 75 de la Constitución, el cual invita a cada uno a alfabetizar o apoyar a que se alfabetice a alguien.
Según Antonia Montoya, alfabetizadora de Conalfa, lo más importante es que las personas muestren interés por aprender.
José Celestino González, vecino de Chiquimula, dijo que es importante que el Gobierno estructure adecuadamente la política educativa para poder conseguir objetivos concretos.
Pérez agregó que el analfabetismo está aumentando en Chiquimula, y que ni los alcaldes de todo el departamento ni el gobernador toman acciones para encontrar una salida.
Recordó que durante las mesas de trabajo que se organizaron durante las jornadas departamentales del programa Gobernando con la Gente, las autoridades y líderes no incluyeron la lucha contra el analfabetismo como un problema por resolver en este lugar. “Ni los alcaldes ni el gobernador”, enfatizó.