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Héctor Asencio, el niño que superó las barreras del autismo con la música 

Melodías como "Pulgarcito", "Pimpón" y "Dios está aquí" son algunas de las que ejecuta en piano Héctor Asencio Pedro, de 12 años, quien padece autismo, pero ha demostrado que cuando se quiere superar no existe obstáculo para lograrlo.

Héctor Asencio Pedro, de 12 años, ejecuta varias melodías como "Pulgarcito", "Pimpón" y "Dios". (Foto Prensa Libre: Óscar García)

Héctor Asencio Pedro, de 12 años, ejecuta varias melodías como "Pulgarcito", "Pimpón" y "Dios". (Foto Prensa Libre: Óscar García)

A los 6 años, Asencio fue diagnosticado con autismo, pero eso no detuvo a su madre, Magdalena Pedro Tomás, para luchar junto a él y sobresalir en la vida, pues además de estudiar música, asiste a una escuela para niños especiales.

El menor descubrió su talento por el piano, cuando la academia Nueva Canción, en la zona 1 de la capital, le abrió las puertas y le brindó una beca. 

“Él ha superado”, dice la madre, quien por un momento se queda callada y en su rostro se ve el deseo de llorar de emoción.

En tanto, el menor muestra entusiasmo y recuerda las clases que le ha impartido su instructor, Josué Icanon, luego ejecuta la melodía que este le indica.

El niño, quien tiene otro hermano de 10 años, que también es autista, reside junto a su madre en una colonia de la zona 18, de donde todos los días viajan en bus para llegar al establecimiento educativo.

Icanon explicó que el niño tiene aptitudes para la música y entre su reportorio ha ejecutado la Quinta Sinfonía de Beethoven y algunas alabanzas cristianas. Resaltó que la ha sorprendido la capacidad de aprendizaje de Héctor, quien ha demostrado que tener capacidades diferentes no es sinónimo de discapacidad.

“Es un reto trabajar con él, porque a veces se distrae, pero tiene talento para la música. A las personas con capacidades diferentes les digo que no tengan miedo, deben creer que pueden hacer algo. No se dejen derrotar”, manifestó Icanon.

No es fácil lidiar con dos niños especiales. Cuando uno dice no puedo, uno mismo se encierra. Mi anhelo es ver a mis hijos salir adelante, demostrar que se puede”.


La academia se halla en la 18 calle y Avenida Elena esquina, donde el instructor indicó que a parte de sus actividades cotidianas, designa tiempo para capacitar a Héctor y que su deseo es ayudar a más menores con capacidades diferentes, pero carece de recursos.

“No es fácil lidiar con dos niños especiales. Cuando uno dice no puedo, uno mismo se encierra. Mi anhelo es ver a mis hijos salir adelante, demostrar que se puede”, manifestó Magdalena.

Añadió que en ocasiones ha sufrido discriminación por la situación de sus hijos, pero su amor de madre le ha hecho sobrepasar barreras.

Héctor recibe clases los sábados, por lo que necesita de un teclado para practicar en casa, pero sus padres son de escasos recursos y no pueden comprarlo.

Si alguna persona desea ayudar al menor, puede comunicarse al teléfono 42295524 con Magdalena Pedro.

ESCRITO POR:

Óscar García

Periodista de Prensa Libre especializado en periodismo comunitario e historias humanas con 12 años de experiencia.

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