Oscar Penados, vecino, relató que la imagen fue llevada a Petén desde Antigua Guatemala a mediados del siglo XX, por originarios de Yucatán, México, que tenían la intención de llevarla a ese lugar, pero que la donaron a la iglesia de Petén.
Según los feligreses católicos, la imagen es una réplica a la del Cristo Negro de Esquipulas, que se caracteriza por tener los ojos abiertos.