Escuela rural afronta situación precaria

Escritorios en mal estado, aulas pequeñas de madera, mínima ventilación y sin energía eléctrica son solo algunos de los problemas que viven a diario los 107 estudiantes de la Escuela Oficial Rural Mixta del caserío La Cumbre,   en La Esperanza,  San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango.

La escuela de la aldea La Esperanza, San Juan Ostuncalco está construida de madera y lámina, y las aulas no tienen puertas ni servicio eléctrico. (Foto Prensa Libre: Alejandra Martínez)
La escuela de la aldea La Esperanza, San Juan Ostuncalco está construida de madera y lámina, y las aulas no tienen puertas ni servicio eléctrico. (Foto Prensa Libre: Alejandra Martínez)
SAN JUAN OSTUNCALCO – Según las maestras, en esta época de lluvia el agua se filtra por los  techos de lámina, por lo que el piso, que es de tierra, se convierte en un lodazal.

Durante los días de sol, el calor se encierra en las aulas de tres metros de ancho por cinco  de longitud, pues tienen techos de lámina zinc.

En el establecimiento, que empezó a funcionar en el 2011, trabajan  varias maestras  por contrato, y el mobiliario y equipo es el que era utilizado en otros centros de enseñanza, por lo que está bastante deteriorado.

Eduardo García, director de la escuela, relató que han hecho gestiones desde el año pasado para que sea construido un   edificio para el plantel, pero solo cuentan con Q500 mil de presupuesto para ello; sin embargo, ante la falta de  escritura   del terreno,  el proyecto no avanza.

La solución sería comprar un nuevo terreno, pero no se cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación ni de la comuna, indicó García.

La falta de apoyo municipal se evidencia con el hecho de  que el establecimiento tampoco cuenta con servicio de energía eléctrica, porque no tiene una construcción formal.

Una de las maestras relató que cuentan con cinco aulas, pero todas son de lámina y madera.