Mataron a sus víctimas para apropiarse de finca 

Carlos Roberto León Barillas, de 25 años, y Fernando Coc Ical, 35, fueron condenados este martes a 105 años de prisión por tres asesinatos. El móvil fue apropiarse de una finca valorada en Q5 millones.

Los dos condenados por haber dado muerte a tres personas en Quetzaltenango. (Foto Prensa Libre: María José Longo).
Los dos condenados por haber dado muerte a tres personas en Quetzaltenango. (Foto Prensa Libre: María José Longo).

Los jueces del Tribunal Segundo de Sentencia Penal de Quetzaltenango determinaron por unanimidad que los dos implicados son culpables.

La jueza Perla Nowell indicó que la prueba principal fue la declaración de un testigo que participó en el hecho y cuyo relato coincide con las demás pruebas en contra de los dos condenados, quienes pretendían apropiarse del inmueble. 

El testigo clave declaró que León Barillas era el líder de una estructura criminal dedicada al narcotráfico, misma en la que se desempeñó como guardia, posteriormente como piloto y por último como traficante de droga; además, afirmó que participó en el asesinato de las tres víctimas, a quienes León pretendía quitarles una finca valorada en Q5 millones. 

Víctimas

Las victimas son Over Dagoberto López Samayoa, de 54 años; Odilio de Jesús López, González, 48, quien era abogado de López y presidente de la Junta Electoral Departamental de Quiché, así como el piloto del primero, José Loaiza, 23. Los tres murieron por asfixia por sofocación.

De acuerdo con la investigación del Ministerio Público (MP), el triple crimen fue ordenado por León Barillas y colaboró Coc Ical, junto al testigo y otras tres personas que están prófugas.

El 23 de noviembre del 2013, las víctimas llegaron a una vivienda de La Esperanza, Quetzaltenango, donde fueron amarradas de los pies y manos por los condenados, quienes los trasladaron a otra vivienda, donde fueron asfixiados.  

Las tres víctimas se reunieron con los victimarios para finiquitar el negocio de una finca ubicada en Quiché, propiedad de López Samayoa, por la cual León Barrillas había cancelado Q2 millones 800 mil y debía Q2 millones 200 mil, deuda que lo que llevó a ordenar los crímenes.

Encuentran cadáveres

El uno de diciembre de 2013, los tres cadáveres fueron localizados en un picop en Totonicapán. La acusación del MP señala que previo a cometer los crímenes, León Barrillas ingresó con unas hojas en blanco y una almohadilla al cuarto donde estaban las víctimas para ordenarle a López Samayoa que firmara y colocara sus huellas digitales.

La juez Nowell indicó que Carlos Roberto León pudo tomar la decisión de pagar el dinero, pero no lo hizo y optó por dar la orden de quitarles la vida y Coc Ical decidió participar en los asesinatos al colocarle bolsas plásticas a las víctimas.

La juzgadora informó que también se tomó en cuenta los documentos presentados por la fiscalía, entre estas algunas escrituras, así como la declaración del guardia de la finca, familiares de las víctimas que detallaron que el día que desaparecieron se reunirían con León Barillas.