Se quejan de mal servicio de buses

Usuarios de buses urbanos que funcionan en varias ciudades del país deben soportar incomodidades, malos tratos, cobros no autorizados y, sobre todo, arriesgan sus vidas en unidades antiguas y sobrecargadas, además, aseguran que ninguna autoridad se preocupa por regular este servicio.

En Chimaltenango se quejan de  cobros excesivos y de mal servicio de pilotos.
En Chimaltenango se quejan de cobros excesivos y de mal servicio de pilotos.

En Xela se tienen registradas unas 700 unidades del transporte urbano, a estas se le deben sumar aproximadamente 200 buses que operan en forma ilegal y que circulan en horarios de mayor demanda.

Aunque no todos los autobuses se encuentran en mal estado, se calcula que el 70 por ciento de las unidades necesita reparación y muchas de estas ya no deberían circular.

Cada día, más de 150 mil pasajeros utilizan el servicio, el cual tiene un costo Q1.25, pero después de las 18 horas se incrementa entre Q2 y Q5, sin autorización.

El usuario Mario Reyes explicó que el servicio y el trato que dan los ayudantes y pilotos son deficientes.

“En la zona 8 de Xela, los pilotos esperan hasta 40 minutos para iniciar el recorrido, no les importa que las personas están esperando y no salen a ruta, sino hasta que la unidad está llena. Nadie los controla”, expresó Reyes.

La vecina Ana López, quien utiliza el servicio en la colonia Vista Bella, dijo que los buses de ese sector están en mejores condiciones que las que circulan en otras zonas, donde los buses son antiguos y tienen muchos desperfectos.

Agregó que muchos dueños contratan a pilotos jóvenes, incluso menores de edad, abusivos y sin experiencia, que ofrecen mal servicio y ponen en riesgo la vida de los pasajeros.

En el Departamento Municipal de Tránsito de Quetzaltenango se reportan al menos 75 remisiones al mes contra pilotos de buses, pero como les hacen rebajas del 50 por ciento de las infracciones, a los pilotos no les importa infringir la ley.

“Es penoso que Xela, una ciudad grande, tenga carencia de reglamentos drásticos contra pilotos irresponsables que ponen en peligro la vida de los usuarios. Es un servicio que da miedo”, comentó William López.

Chimaltenango

Alberto Sol, vecino de Chimaltenango, explicó que las rutas urbanas de la cabecera son cortas, y cobran Q2, pero últimamente los pilotos le han cobrado Q3, y ni estos ni los ayudantes dan explicaciones.

Sol señaló que los transportistas deberían controlar mejor a su personal, ya que, además de hacer cobros arbitrarios, tratan mal a los pasajeros, en especial a las mujeres indígenas y personas de la tercera edad.

“Hay pilotos y ayudantes que no respetan las paradas ni las rutas, lo dejan a uno donde ellos quieren y a veces no detienen la marcha para que bajemos, por lo que deberían haber inspectores en ciertos lugares para que controlen esas y otras irregularidades”, añadió.

Rosa López, estudiante, detalló que la mayoría de pilotos no respeta las paradas establecidas y dejan a los usuarios donde ellos prefieren.

“A veces no detienen la marcha —los pilotos— para que bajemos, y en muchos casos han ocurrido accidentes. Las autoridades deberían tener inspectores que vigilen el estado físico de las unidades y la calidad de servicio que prestan”, afirmó.

Otros usuarios coincidieron en que los conductores urbanos son imprudentes y sobrecargan las unidades.