Mi esposa trabaja en un supermercado y con eso estamos sobreviviendo, el ahorro que tenía se redujo”, expresó Juárez.
El piloto se comunica con regularidad con el propietario de los buses, pero la respuesta es la misma, “vamos a trabajar hasta que el presidente dé la orden”, mientras llega ese día, Juárez espera paciente en su vivienda, pero lo agobian el pago de la luz, agua y la compra de los alimentos para su familia.
La gremial de transportistas reportó que dos mil empleados entre pilotos y ayudante se quedaron sin trabajo como consecuencia de las medidas sanitarias que el gobierno impuso por la pandemia del coronavirus.
Para el transportista de San Antonio Ilotenango, Rogelio Simaj, el paro de labores implicó despedir a los pilotos y ayudantes, “tengo que pagar los gastos de la familia, créditos y ahora buscamos ayudar a los empleados”, dijo.
Simaj expuso que su familia depende del ingreso de los buses, y expresó: “Tengo un hijo en la universidad y allí no están preguntando si hay coronavirus, hay que pagar, además están los pagos del seguro de las unidades y los impuestos en la municipalidad de Quiché”.
Fernando López, otro transportista de Quiché, manifestó que el banco donde obtuvo un crédito le exige pagar la cuota del mes. Según López, el gerente del banco le recomendó pagar la cuota para que no le cobren mora.
Delfino Natareno, presidente del Gremial de Transportistas de Quiché, argumentó que buscarán un acuerdo con los bancos y las municipales para evitar el pago altos montos por intereses.
Natareno envió un mensaje al presidente Alejandro Giammattei para que ayude a los pequeños empresarios.