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Asesinato de músico cristiano conmueve a Zacapa

El piano y la guitarra de iglesia Betania del barrio La Reforma, Zacapa, ya no sonarán como antes, pues su interprete, Iván Enrique de Paz Díaz, de 18 años, fue víctima de la violencia, que le segó la vida.

Foto en vida de Iván Enrique de Paz Díaz, quien fue localizado muerto en una de las entradas a Zacapa. (Foto Prensa Libre: Mario Morales)

Foto en vida de Iván Enrique de Paz Díaz, quien fue localizado muerto en una de las entradas a Zacapa. (Foto Prensa Libre: Mario Morales)

La muerte de Paz, cuyo cuerpo fue localizado el miércoles último a 50 metros del puente del segundo ingreso a la cabecera departamental, ha conmocionado a diversos sectores de la sociedad, principalmente cristianos, quienes exigen que su muerte no quede en la impunidad, como ocurre en la mayoría de casos.

Este viernes fue sepultado en el Cementerio General, y despedido por decenas de personas que acostumbraban escucharlo en cada servicio religioso.  

El cuerpo tenía una herida profunda en el cuello, causada con cuchillo o machete. Inicialmente la víctima no fue identificada. En el lugar del hallazgo, las autoridades localizaron una pistola de juguete, que será analizada en un laboratorio del Instituto de Ciencias Forenses.

Enrique de Paz, padre del joven músico, explicó que perdió comunicación con él a eso del mediodía del miércoles, luego de que este atendiera una llamada telefónica y saliera de su casa, en La Fragua.

“Mi hijo se dedicaba a la iglesia. Tenía talento para tocar el piano y la guitarra. Estoy seguro de que sería grande, pero le arrebataron la vida”, comentó de Paz.

De acuerdo con  familiares y amigos del joven, este laboraba en empacadoras que funcionan en La Fragua, y luego de su rutina diaria regresaba a su casa, donde vivía junto a su padre.

De Paz cree que su hijo fue víctima de la delincuencia común, pues en el lugar del crimen no se localizaron sus pertenencias.

“Somos personas cristianas y aunque esto duele, le vamos a dejar las cosas a Dios, pues estoy seguro que él sabrá darle la recompensa justa a quienes acabaron con la vida de mi hijo”, afirmó.

“Recuerdo a Iván como una persona sonriente, determinada y que sabía entregarse de lleno cuando ofrecía su alabanza a Dios. Ahora descansa y aunque queda su pérdida también nos queda su recuerdo y sus buenos momentos. Ojalá las personas culpables reciban su recompensa”, expresó Laura Rosa, amiga del joven.

“No es posible que casos como estos sean vistos como algo normal. La delincuencia está a la orden del día y las autoridades no proponen planes de seguridad”, dijo Giovanni Catalán, vecino.

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