El lanzamiento desde los 11 metros fue gol y el partido terminó con empate a dos, lo que desencadenó la irá de los seguidores del Boading Rongda, que comenzaron a lanzarle objetos a los colegiados, informó el diario Beijing News.
Según este periódico, uno de los cuatro árbitros llegó a ser agredido una vez se encontraba dentro del vestuario, sin que los asaltantes llegaran a ser identificados.
La polémica no terminó ahí. El presidente del Boading Rongda, Meng Yondli, rompió a llorar en la rueda de prensa posterior al partido asegurando que el partido había sido arreglado y que le habían robado la victoria a su equipo.
Tras su intervención reunió a los futbolistas sobre el terreno de juego y les dijo que retiraba al equipo del campeonato. Poco después él mismo renunció a la presidencia alegando “motivos personales”.
La federación china dijo que tomará en cuenta estos hechos de forma “rigurosa” y pidió a los aficionados que fueran “racionales”.