No serían estos calificativos, sin embargo, los que utilizarían sus rivales. El brasileño nacionalizado español se ha forjado una reputación de bad boy a lo largo de sus ya 10 temporadas como profesional, a base de codazos, entradas violentas y actitudes provocadoras, tanto en el Atlético de Madrid como, a partir de julio de 2014, en el Chelsea.
La temporada pasada, la primera con los Blues, ya tuvo un encontronazo con su compatriota David Luiz, en el segundo capítulo de los duelos entre PSG y Chelsea que esta semana vivirá un tercero. También vio una amarilla por una dura entrada a Thiago Silva que podría haber sido sancionada con una tarjeta roja.
Esta mala reputación ya le ha comenzado a pasar factura en Inglaterra. Tras una primera temporada exitosa, con 20 goles en 26 partidos de campeonato que llevaron al Chelsea a ganar la Premier League, a su discreto papel en la Champions se añadieron algunos episodios polémicos esta temporada.
Pero 2015 no fue un buen año para el 9 de la Roja. Sus constantes lesiones le impidieron rendir a su nivel: solo 13 goles de enero a diciembre y 4 en 21 partidos bajo la dirección de José Mourinho.
Además, tras la sexta jornada de campeonato, Costa fue sancionado con tres partidos por un codazo en la cara al defensa francés del Arsenal Laurent Koscielny.
Tal negativa era la dinámica en la que se vio inmerso que todo parecía indicar que su carrera en Inglaterra iba a tocar fin y se especuló abiertamente con un regreso a Madrid.
Pero el cese del técnico portugués y su sustitución por Hiddink a mediados de diciembre ha beneficiado a Costa, de 27 años.
Desde la llegada al banquillo del holandés, Costa ha marcado ocho goles en 10 encuentros, el último de ellos el pasado sábado en la goleada contra el Newcastle (5-1), pese a que se había roto la nariz dos días antes durante un entrenamiento. Además ha dado cinco pases de gol, cuatro de ellos en 2016.
“Me gusta su actitud, su compromiso”, le defiende Hiddink. “Aunque a veces le tenemos que proteger cuando algunos incidentes se vuelven incontrolables. No obstante, él no es siempre responsable aunque la gente crea que siempre es él el que provoca (…) A Diego le gusta jugar con el físico, pero debe hacerlo siempre dentro de las reglas”.
Incluso el seleccionador español Vicente del Bosque le ha criticado en ocasiones ese papel de bad boy y no le convocó para los partidos de octubre. Después, el técnico ha vuelto a contar con Diego Costa y pese a que apenas ha destacado en sus 10 partidos con la Roja, si sigue siendo decisivo en lo que queda de temporada será difícil que no sea convocado para jugar la Eurocopa-2016.