Fútbol Internacional

“Gracias futbol”: La emotiva historia que Ana Lucía Martínez dedicó al deporte que le apasiona (el sacrificio, los estudios de ingeniería, sus dos maestrías y su paso por EE. UU., España e Italia)

La legionaria guatemalteca, Ana Lucía Martínez Maldonado, jugadora de la Sampdoria de la Serie A de Italia, publicó una emotiva carta en sus redes sociales.

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Ana Lucía Martínez milita actualmente en la Sampdoria femenina. No fue convocada para la ronda preliminar eliminatoria para el Mundial de 2023. (Foto Prensa Libre: Twitter-Analu)

Ana Lucía Martínez milita actualmente en la Sampdoria femenina. No fue convocada para la ronda preliminar eliminatoria para el Mundial de 2023. (Foto Prensa Libre: Twitter-Analu)

Ana Lucia Martínez Maldonado, la legionaria guatemalteca de 32 años que juega en la Serie A italiana con la Sampdoria, publicó una emotiva carta en sus redes sociales.

La futbolista reaccionó así a la polémica que sigue generando que no la hayan convocado a la Selección Nacional Femenina para los juegos de la ronda preliminar que se disputará el 15 y 19 de febrero próximo.

Por su familia, la jugadora profesional destacó en la emotiva carta algunas de las cosas que ha pasado en su vida privada y futbolística.

“Gracias, fútbol”, es el título del texto que redactó. “Gracias porque me enseñaste lo que es trabajo en equipo, porque me enseñaste a ser disciplinada, perseverante, a no rendirme, a tener espíritu de competencia y a exigirme todos los días”, se lee en un inspirado primer párrafo.

Resulta que en toda la trama posterior a que no la convocaron a la Bicolor han surgido voces que minimizan su trabajo, y calidad, al jugar en Europa. Entonces la jugadora guatemalteca prosiguió en su texto de agradecimiento al futbol de esta forma:

“Me has acompañado desde mis 4 años. En el colegio me gustaban todos los deportes, pero tú me hacías sentir diferente. Jamás te abandoné aún cuando en la Universidad tuve que sacrificar el tiempo en familia, amigos; ese tiempo que jamás se recupera pero no te podía abandonar ni tampoco podía dejar de estudiar porque eso era mi futuro, era lo que me daría una estabilidad laboral”.

Agregó: “No escogí una carrera fácil porque me gustan los retos. Ese reto lo terminé en cinco años llenando a mis padres de satisfacción. Me convertí en ingeniera química, colega de mi padre”.

Y justo cuando creía que este deporte se había acabado, recordó: “Pensaba que el tiempo con el fútbol había llegado a su fin, pero el fútbol tenía preparado algo más para mí, a través de selección nacional y su exposición. Tuve acercamiento de otras personas para jugar en el extranjero. No lo podía creer, pero quería darle la oportunidad, era el momento, mi familia me apoyó, creyó en mí pero principalmente yo creía en mí, en lo que quería lograr, decidí tomar rumbo, primero EEUU, luego España, ahora Italia”.

Entre el futbol y los retos académicos en España, más la presión de su querida y fallecida madre, decidió seguir sus estudios de maestría “aunque no era fácil, quería hacerlo por mí y por familia, terminé esa maestría y luego no paré. Un año después decidí continuar con otra maestría porque estando afuera tenemos que aprovechar esas oportunidades”.

Ana Lucía Martínez relató: “Soy consciente de la importancia de los estudios y compaginarlo con el deporte ha sido de las mejores decisiones que he tomado. Una cosa complementa a la otra, una cosa me ayuda a la otra, la suma de esas experiencias me ha hecho ver, que cuando uno se propone algo, lo puede lograr”.

La última en opinar sobre el caso de Martínez Maldonado fue la exjugadora Magnolia Pérez, que destacó en la década de 1990. Declaró a ESPN: “El recorrido y la trayectoria de ella en Europa no es referencia para saber si está bien preparada para lo que el entrenador requiere en este proceso”.

Y la legionaria, sin mencionar su nombre, redactó: “He sacrificado mucho, pero ha valido la pena. De niña no tenía muchas referentes por desconocimiento (ahora la tecnología ayuda) o porque habían menos, pero parte de lo que me ha motivado a seguir, es el poder reflejar que con esfuerzo, dedicación y buscar esa excelencia podemos lograr lo que queremos”.

En la parte final de su carta de agradecimiento expuso: “Mi motivación siempre ha sido hacer lo que me gusta y me apasiona, pero también ese motor ha sido mi familia y hacerlos sentir orgullosos y al mismo tiempo, por la niñez y la juventud de mi país”.

Y finalizó con un “espero poder seguir teniendo esa fortaleza física y mental para seguir haciéndolo, porque decidí ser futbolista cuando parecía un sueño difícil de cumplir. El camino jamás será fácil, pero valdrá la pena y yo, seguiré soñando despierta”.