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Javier Pastore afronta un gran desafío

La primera parte de la temporada ha sido una pesadilla para él, entre su relego al banquillo por su compatriota Angel Di María, y los repetidos problemas físicos que le han lastrado: pero Javier Pastore, al fin con el alta, podrá demostrar este viernes ante el Bastia que tiene aún mucho que decir en el 2016.

Desde su llegada a París en el verano de 2011, con la presión que supone la etiqueta de ser la primera estrella reclutada por los dirigentes cataríes del Paris Saint Germain, su trayectoria ha estado plagada de altibajos.

A un prometedor primer año le sucedieron dos temporadas sombrías tras las que vio la luz la temporada pasada, siendo uno de los artífices principales de los cuatro títulos conquistados por el equipo parisino.

Sobrado de talento, el argentino parecía al fin haber ganado masa muscular y fuerza mental para hacerse con un sitio en una plantilla cada vez más competitiva. La pasada primavera, los dirigentes no dudaron en prolongar su contrato hasta 2019, con un aumento salarial.

Pero el pasado verano el PSG se hizo con los servicios del 'Fideo' Di María buscando dar un salto cualitativo en la Liga de Campeones, competición en la que el cuadro parisino ha sufrido tres decepciones consecutivas.

El entrenador galo Laurent Blanc dio inmediatamente su confianza al eje del nuevo proyecto parisino, en aras de su rápida adaptación al equipo. Como era de esperar, Di María encontró su sitio en el trío de ataque junto al sueco Zlatan Ibrahimovic y al uruguayo Edinson Cavani, mientras Javier Pastore quedaba desplazado y sin sitio en el once dado lo consolidado del centro del campo formado por Marco Verratti, Thiago Motta y Blaise Matuidi, todos ellos indiscutibles.

Sustituto de lujo

Después de 11 partidos disputados, de los que ha sido titular en 6, con un gol y tres asistencias, Pastore ha encendido de nuevo las alarmas. Su último partido se remonta al 21 de octubre ante el Real Madrid (0-0). Desde entonces Pastore ha caído en un estado de frustración con el que probablemente no contaba.

Pero además está la conjuntivitis que padece y que se ha alargado en el tiempo más de lo habitual en estas infecciones oculares, hasta el punto de que la prensa señalase que se trataba de un problema psicológico.

Sus lesiones en el gemelo y en el abductor tampoco le ayudaron, y sí aumentaron las dudas sobre si el estrés repercutiría en los frágiles músculos del 'Flaco'.

Ese estatuto de “suplente de lujo”, compartido con el brasileño Lucas Moura y desde hace dos meses por Adrian Rabiot, es lo que deberá intentar cambiar Pastore en los próximos meses.

El desafío de escalar en la jerarquía de la plantilla parisina podría comenzar para él este viernes.

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