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Por qué en México deben seguir confiando en el técnico de la selección Juan Carlos Osorio (por ahora)

No ha habido clemencia en el bombardeo de acusaciones y críticas sobre Juan Carlos Osorio.

La dolorosa derrota frente Alemania el jueves dejó muy tocado al técnico colombiano, que ha sido señalado como el principal responsable de la goleada que apartó a México de la final de la Copa Confederaciones.

Los más supersticiosos se refugian en la maldición del día en el que se jugó el partido, el 29 de junio, fecha en la que el Tri también había sido eliminada del mundial de Francia 98 y de la Confederaciones 2005 (ambas veces frente a Alemania) y perdió contra Holanda en el pasado mundial de Brasil 2014.

Pero la mayoría no duda en apuntar al que consideran el culpable de la derrota: Osorio.

“No tenemos un estilo como para pensar que va a cambiar de aquí al Mundial, no va a cambiar, Osorio es un terco y sigue con sus rotaciones”, dijo una de las voces de más peso en la historia del fútbol mexicano, Hugo Sánchez.

El legendario delantero ha sido uno de los más críticos a las presencia del técnico colombiano en el banquillo del Tri y de su política de ir rotando constantemente a los jugadores.

“Sigue colocando defensas centrales como laterales y delanteros como extremos y eso no ayuda a sacar provecho del fútbol que existe en México tanto en la liga como en la selección nacional”, lamentó Sánchez en declaraciones a la cadena deportiva estadounidense ESPN.

“Las gentes que han contratado al actual entrenador sabían perfectamente cuál era su estilo y ellos lo trajeron porque pensaban que con él se iba a dar ese salto, y la realidad es que no”, por lo que no vería mal un cambio.

En la cadena Fox Sports calificaron de loco a Osorio y apuntaron a “futbolistas mediocres”, mientras la etiqueta #FueraOsorio fue tendencia en las redes sociales durante y después del partido.

Uno de los más activos en el debate fue el periodista David Faitelson, para quien Osorio “ya fracasó en la Copa América, ya fracasó en la Copa Confederaciones, ¿qué les hace pensar que triunfará en el mundial?”.

¿Pero se puede calificar de fracaso el proceso del entrenador colombiano? ¿Debería México plantearse su destitución?
Las repuestas son no y no. Por lo menos por ahora.

Condicionante

Es evidente que durante la Copa Confederaciones hubo algo que no terminó de funcionar en el seleccionado mexicano y todo apunta a las famosas rotaciones que Osorio defiende con fervor.

“Buscamos dar participación a todos los integrantes del plantel, del colectivo”, escribió en el libro que publicó en 2015, “La Libreta de Osorio, mi modelo de gestión”.

“En el fútbol, y en cualquier actividad de la vida, el ser humano para sentirse parte de tiene que participar, en este caso jugar, para contribuir”, justificó el estratega el por qué cree en el beneficio de ir rotando continuamente a sus jugadores.

En sus 28 partidos al frente de México todavía no ha jugado dos veces seguidas con el mismo equipo, pero sus detractores apuntan que en Rusia llevó esa política hasta un extremo injustificado.

Después del debut contra Portugal, Osorio hizo hasta ocho cambios para el encuentro contra Nueva Zelanda, nueve para el partido frente a Rusia (dos en relación al primer partido) y cuatro para las semifinales ante Alemania.

A eso hay que añadir la elección de ciertos jugadores, como la presencia de Giovani dos Santos por delante de Carlos Vela o la inclusión de Alanis por el lateral izquierdo, que obligó a Miguel Layún a cambiar de banda.

Eso generó confusión en la defensa, que ante un planteamiento claramente ofensivo quedó expuesta frente a la velocidad del ataque de Alemania desde el inicio del partido.

En este sentido, se puede considerar un suicidio táctico haber salido solamente con Héctor Herrera como jugador de marca en el centro del campo.

Continuidad

A Osorio lo que más pesa en su contra es que de las tres derrotas que ha sufrido como seleccionador de México en dos de ellas fue goleado y, en el 7-0 frente a Chile, claramente humillado.

Pero la noche trágica de Santa Clara y la de Sochi fueron más excepciones que la regla de lo que ha sido su gestión.

De los 28 partidos que ha dirigido, México ha ganado 20 partidos, empatado cinco y perdido tres, con 47 goles a favor y 24 en contra (11 de ellos en sólo dos juegos).

Esos números mejoran los que habían conseguido sus predecesores, desde Miguel “El Piojo” Herrera a Ricardo Lavolpe, pasando por Javier Aguirre y el mismo Hugo Sánchez.

A eso se suma que el Tri permanece invicto en el proceso de clasificación a la Copa del Mundo de Rusia 2018 y se encuentra a un paso de asegurar su boleto para la cita mundialista del próximo año.

Si se analiza con detalle la actuación de México en la Copa Confederaciones aparecen elementos que invitan al optimismo.

Uno es el respaldo que parece tener el grupo de jugadores en el técnico, que se refleja en la garra que han mostrado para remontar el marcador en los tres partidos que disputaron en la fase de grupos.

Contra Alemania no pudieron, pero igual lucharon y se dejaron todo en el campo buscando una hazaña que nunca pareció viable.

Osorio consideró que merecieron “por lo menos dos goles más”, pero que si bien son eficientes para crear oportunidades, “no somos eficaces”.

México tuvo 25 ocasiones de gol contra Alemania y nueve disparos a puerta, pero sólo pudo superar a un destacado Marc Ter Stegen gracias al golazo de Marco Fabián desde 30 metros.

En total, en toda la copa, el Tri disparo hasta en 70 ocasiones al arco, de los cuales 29 fueron entre los tres palos y siete terminaron en gol.

La pelota también estuvo la mayor parte del tiempo en su poder, registrando un 59%, 66%, 64% y 58% de posesión.

A México todavía le queda la definición por el tercer puesto frente a Portugal el próximo domingo y después la recta final de las eliminatorias donde se espera que confirme su regreso a Rusia en 2018.

En medio está su participación con un equipo alternativo en la Copa de Oro, torneo en el que debería superar la fase de grupos, pero donde no son favoritos.

Pero más allá de lo que pase en Estados Unidos, lo más probable es que la tormenta que ha acompañado a Osorio desde que llegó al banquillo de México permanezca sobre él hasta el mundial del próximo año.

Y sólo entonces será que amaine, siempre y cuando dentro de 12 meses el Tri logra disputar un quinto partido en Rusia.

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