Los primeros aplausos de la noche estallaron cuando la pantalla gigante instalada en la plaza mostraba al rey Juan Carlos ofrecerle el trofeo al capitán del equipo, el portero Iker Casillas.
Es hacia esta plaza, el lugar histórico de las celebraciones del Madrid, donde ha arribado la plantilla merengue al volver de la final disputada en Valencia, donde el galés Gareth Bale marcó el gol de la victoria (2-1) a solo cinco minutos del final, hundiendo aun más al eterno rival, el Barsa, en caída libre en las últimas semanas.
“Ganar la Copa ya es fantástico, ganar contra el Barcelona todavía más. Vamos a hacer la fiesta toda la noche” , celebraba Ezequiel Muñoz, un estudiante de 20 años con la camiseta del central Sergio Ramos que acudió a Cibeles con una decena de amigos.
Juan Moreno, un bombero de 61 años originario de Venezuela, hincha del Real Madrid de toda la vida, agitaba una enorme bandera con el escudo de su equipo.
“No tuve duda de que iban ganar porque la defensa del Madrid estaba muy cerrada y el contraataque lo tenían muy bien estudiado” , aseguraba.
Desde grupos de jóvenes hasta familias acompañadas de sus hijos cantando “la Copa ya está aquí” , miles de aficionados saltaban de alegría en la céntrica plaza, esperando la llegada de sus héroes en un autobús directamente desde el aeropuerto madrileño.
Una escena similar ya se produjo hace 3 años, cuando la plaza de Cibeles acogió también a los jugadores del Real Madrid, que también en Valencia vencieron en la final de la Copa del Rey al Bara por 1-0.