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Una marea rojiblanca de 50 mil personas homenajea al campeón de la Supercopa

Una marea rojiblanca de más de 50 mil  personas tiñó Bilbao para rendir homenaje al Athletic Club por su triunfo de este lunes en la Supercopa de España frente al Barcelona, logrando un hito que ha puesto fin a una larga sequía de 31 años sin títulos en el club vizcaíno.

El capitán Carlos Gurpegui, sujeta el trofeo junto al resto de los jugadores del Athletic Club de Bilbao ante miles de personas que abarrotan la explanada del Ayuntamiento de Bilbao. (Foto Prensa Libre: EFE)

El capitán Carlos Gurpegui, sujeta el trofeo junto al resto de los jugadores del Athletic Club de Bilbao ante miles de personas que abarrotan la explanada del Ayuntamiento de Bilbao. (Foto Prensa Libre: EFE)

El recibimiento que tributaron por la mañana los más de dos mil aficionados que se han acercado al entrenamiento celebrado en Lezama ha sido solo el aperitivo de una intensa jornada. Esta vez sin gabarra, debido al apretado calendario, ya que el equipo viaja mañana a Eslovaquia para un partido de la Europa League.

La primera parada ha sido la tradicional ofrenda del trofeo a la Virgen de Begoña, patrona de Bilbao. Las campanas de la basílica han repicado el himno del Athletic, al que han puesto letra las decenas de personas que han abarrotado la iglesia.

A la salida de la basílica un autobús descubierto decorado en rojo y blanco con el lema 'Txapeldunak 2015' (Campeones 2015) esperaba a los jugadores para trasladarles hasta el Ayuntamiento, donde se ha vivido el acto más multitudinario de la tarde.

Frente al consistorio se han congregado cincuenta mil personas, según fuentes municipales, una cifra lejana a la de las gabarras de los años ochenta, pero que nadie esperaba en plenas vacaciones. Muchos eran jóvenes vizcaínos menores de 31 años que no conocían lo que es y lo que supone recibir al Athletic tras ganar un título, una Supercopa que engancha a una nueva generación y a un equipo que, como ha dicho Aritz Aduriz, es “como vosotros, una cuadrilla”.

Tras ser recibidos en las escalinatas por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y el resto de la corporación, los homenajeados han pasado al interior, para cumplir con los discursos oficiales, seguidos desde el exterior por megafonía.

“Hoy vosotros habéis entrado en la historia del fitbol, en la historia de Bilbao. Ayer fuisteis aquel David que venció al gigante Goliath y esa gesta será recordada. Con todo el respeto a los demás pueblos del mundo, esto es posible en Bilbao, que somos capaces de ganar al mejor equipo del mundo, o quizás es que somos el mejor equipo del mundo”, ha dicho el alcalde.

Tras los discursos, ha llegado el momento cumbre, cuando los jugadores han salido al balcón, con Iker Muniain como maestro de ceremonias. El canterano ha presentado el desfile de jugadores, el primero de ellos el capitán, Carlos Gurpegui, que no se separaba de la Copa.

“Hoy es un día histórico, han sido 31 años esperando este momento. Si hay un club que se merece esto es el Athetic, y, como en las grandes familias, los momentos malos se pasan mucho mejor y los buenos son cojonudos”, destacó el de Andosilla, uno de los más aclamados.

Después, Aduriz, el goleador, que también ha destacado que este equipo “se merecía entrar en la historia”.

“¿Sabéis por qué? Porque somos como vosotros, somos un cuadrilla, porque competimos contra el resto del mundo, porque somos diferentes”, expresó.

Después, tras una hora de trayecto por unas calles abarrotadas, el autobús de los campeones se ha dirigido a la Gran Vía para cumplir con el último de los actos del día, la recepción en la Diputación Foral de Bizkaia.

Allí futbolistas, técnicos y directivos han sido recibidos por el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, y buena parte de los 112 alcaldes de todos los municipios vizcaínos que han sido invitados al acto.

Con la nueva ofrenda en la balconada a los miles de aficionados que se reunían en la principal arteria de la capital vizcaína se ha puesto punto final a unas celebraciones que, en mitad de agosto, han sobrepasado las expectativas.

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