La Segunda División los acogió por primera vez en su camino para lograr la profesionalización. Soto militó con Barillas de Huehuetenango y Cabrera con su natal Canillá. Los dos actúan de laterales, una posición en la que han brillado por su capacidad técnica, táctica y aeróbica.
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En Marquense, de la Liga Nacional, se conocieron y a partir de ahí han fomentado una gran amistad, que les ha permitido entenderse a la perfección en la aventura que mantienen con Cobán Imperial y que los llevó a ser considerados por el seleccionador de la Bicolor, Wálter Claverí.
“Estamos muy agradecidos con Cobán Imperial. Ha sido nuestro trampolín para llegar a la Selección”, asegura el zurdo Soto, quien debutó en el máximo circuito con los peces vela de Iztapa.
“Es un sueño haber llegado a la Sele. Me recordé de todos los sacrificios que he hecho para seguir adelante. Nunca perdí la fe”, señaló Cabrera, quien para entrenarse con Marquense viajaba en bus todos los días desde Canillá hasta San Marcos.
La mejor noticia
Los dos quichelenses se enteraron de su primer llamado a la Bicolor, a través del grupo de WhatsApp que tienen los jugadores cobaneros.
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“Fue una de las mejores noticias que he recibido. Me llené de emoción. Mi objetivo ahora es trabajar bien en la Selección para ser tomado en cuenta otra vez y lograr jugar. Siempre he luchado por esto”, explica Soto, de 27 años.
“Celebré mi convocatoria con mi mamá —Alba Noriega—. Lloramos juntos. Me felicitó y me instó a seguir adelante y que nunca desmaye”, dijo Ángel Cabrera, de 22 años.
Aunque ayer los dos jugadores cobaneros no estuvieron en el mismo once de la Sele, Ángel y Eduardo dejaron destellos del por qué fueron llamados. Sus pinceladas no pasaron desapercibidas por Claverí.
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