Economía

Aerolíneas “low cost” despegan en Argentina guiadas por Norwegian

El Grupo Norwegian eligió Argentina para su desembarco en América Latina, en el marco del despegue de las aerolíneas de bajo costo ("low cost") en uno de los mercados aerocomerciales que estaba más cerrado y que promete un gran desarrollo. Aerolíneas "low cost" despegan en Argentina guiadas por Norwegian

El Grupo Norwegian eligió Argentina para su desembarco en América Latina.(Wikimedia Commons).

El Grupo Norwegian eligió Argentina para su desembarco en América Latina.(Wikimedia Commons).

Un flamante Boeing 787-9 Dreamliner de Norwegian Air completó el jueves último por primera vez la ruta Londres-Buenos Aires-Londres, puntapié inicial de un plan que prevé explotar a largo plazo 152 destinos domésticos e internacionales desde Argentina.


Los primeros pasajes saldrán a la venta en mayo y los vuelos domésticos comenzarían a partir del tercer o cuarto trimestre del año, anticipó el director ejecutivo de la filial argentina, Ole Christian Melhus. En principio, Norwegian volará a las principales ciudades de Argentina, como Córdoba y Mendoza, pero luego aspira a conectar otros puntos como Ushuaia, Iguazú, Bariloche y Mar del Plata.
“Vemos un gran potencial para nosotros en Argentina”, declaró Melhus a dpa. “Nuestra clave es tener aviones nuevos y modernos que consuman menos combustible, que son muy seguros, y eso combinado con tarifas bajas, que hace que más pasajeros vuelen, es la clave para el éxito en la industria 'low cost'”, agregó.
El sector aerocomercial argentino es controlado por la compañía de bandera Aerolíneas Argentinas y su subsidiaria Austral, con cerca del 70 por ciento del mercado, seguida por Latam.

Hasta hace muy poco, volar era una posibilidad para unos pocos en un país tan extenso que de norte a sur tiene más de 3.600 kilómetros de largo. Con la red de ferrocarriles desmantelada desde los años 90, gran parte del flujo de pasajeros se movilizaba a través del país en ómnibus. Hoy, el transporte terrestre debe competir con las tarifas aéreas.
Desde que llegó al poder en diciembre de 2015, el presidente de centro-derecha Mauricio Macri se propuso abrir el mercado. “Tenemos menos pasajeros que Bolivia, Ecuador; un tercio de Chile y Brasil en vuelos. Esos vuelos que nos faltan impiden que nos conectemos más”, advirtió hace un año.
El vicepresidente regional de las Américas de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Peter Cerdá, anticipó en noviembre que en los próximos cuatro a cinco años el sector en América Latina y el Caribe crecerá un tres por ciento, un promedio que Argentina superará porque “es el país con más futuro en el mercado aeronáutico regional”.
Pese a la protesta de sindicatos, el Gobierno impulsó la llegada de nuevas aerolíneas, varias de bajo costo. No faltaron sospechas de conflictos de intereses, después de que la familia Macri vendiera su aerolínea MacAir Jet a la colombiana Avianca.
“Hace 12 años que no venían compañías nuevas a volar y ahora ya son tres las que ingresan: Norwegian, Avianca y Flybondi”, destacó el ministro de Transporte argentino, Guillermo Dietrich. Se suman a Andes, una aerolínea que ya operaba en el país, aunque más dedicada a vuelos chárters que a rutas regulares a causa de las restricciones que regían en el mercado.

La flexibilización dio resultados: en 2017 volaron cerca de 25 millones de personas en Argentina, 3.5 millones más que en 2016.
“Estamos haciendo una política en la que facilitamos (la llegada) a cualquier empresa que quiera venir a instalarse e invertir en la Argentina”, explicó a dpa Dietrich.
Flybondi debutó hace pocos días atrás, primero con un vuelo de prueba que debió acortarse por problemas técnicos y luego con otros vuelos comercial con demoras y desvíos por mal tiempo, y el envío de equipaje por camión para no sobrecargar la aeronave.
Una de las trabas que, sin embargo, se mantienen es una tarifa mínima obligatoria, que para algunos busca proteger a la estatal Aerolíneas Argentinas de una guerra de precios. Sin embargo, el ministro minimizó el tema, gracias a la inflación, que en 2016 rozó el 40 por ciento y en 2017, casi un 25 por ciento.
“Para las 'low cost' tenemos una tarifa mínima que está congelada, con lo cual todos los meses vale un poquito menos”, relativizó.
Pero no convenció aún a los recién llegados. “Le informamos al Gobierno argentino que las tarifas mínimas, en nuestro modelo, no necesariamente benefician al país en el largo plazo. Porque una tarifa baja permite que más gente viaje, creando más empleos, más trabajo”, advirtió el CEO de Norwegian.
Melhus también recomendó al Gobierno que reconsidere bajar los impuestos y costos de operación. “Hoy, viajar a (el aeropuerto internacional de Buenos Aires) Ezeiza es tan caro como viajar a Nueva York“, lamentó el ejecutivo noruego, que apuntó también contra el monopolio en las operaciones de los aeropuertos.
El crecimiento de las aerolíneas “low cost” en Argentina estará además condicionado por la infraestructura. Con un aeroparque metropolitano de Buenos Aires al borde del colapso, un aeropuerto internacional de Ezeiza en constante remodelación para ampliar su limitada capacidad, el Gobierno apuntó a El Palomar, un antiguo aeropuerto de uso militar en las afueras de la capital, para reconvertirlo a un uso comercial, pero que aún está lejos de brindar un servicio acorde.
El director ejecutivo de Norwegian fue claro también al señalar que el sistema de transporte público argentino no está al servicio de los pasajeros de avión, que deben apelar a taxis u otros medios para salir o llegar a los aeropuertos.
“Una clave del éxito en Europa es la conexión de los aeropuertos con el tren. Si Macri quiere duplicar el número de pasajeros, tiene que reconsiderar poner un tren que conecte el aeropuerto”, subrayó.