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Cómo hacer tu propio trabajo cuando todos te tratan como el “gurú” de la oficina

Eres de los que siempre tienen gente a su alrededor. Llegas primero a la oficina y eres el último en irte. Tus compañeros de trabajo acuden a ti cuando necesitan ayuda, ya sea por temas personales o profesionales.

Sentirse necesario es agradable. Pero, día tras día, puede llegar a convertirse en algo agotador y desbordante.

¿Cómo puedes quitarte esa carga de encima para sacar tiempo libre y poder centrarte en tu propio trabajo?

BBC Capital preguntó a varios expertos cómo manejar la vida si eres el que más sabe de la oficina, tanto si acabas de incorporarte como si ocupas un puesto de alto rango.
Y estas fueron sus respuestas.

1. Pon límites

Lorraine Tilbury es fundadora de la compañía de desarrollo personal y profesional HorsePower International, en Loire Valley, Francia

Su consejo principal es poner algunos límites.

Es muy importante saber dónde están tus límites y aprender decir 'no' a las cosas que no estás obligado a hacer en tu trabajo, dice Tilbury.

“Si sentirte necesitado por otros es una parte importante de tu propio sentido de la autoestima, entonces puede que te dé miedo hacerlo”, explica la especialista.

Una forma sencilla de practicarlo es hacerlo en un entorno no profesional que no te resulte amenazante, como una tienda de ropa, por ejemplo.

“Pide un artículo en particular que no puedas encontrar o una prenda que quieras probarte, y después rechaza todo lo que te traiga el vendedor”, sugiere Tilbury. “Y vete de la tienda sin comprar nada”.

También tienes que aprender a decir “no” con una sonrisa.

Tilbury recomienda decir algo así como: “No tengo tiempo para hablar contigo ahora mismo o para trabajar en eso con lo que tienes problemas. Necesito enfocar mi energía y mi esfuerzo en mi propio trabajo, proyecto o tarea”.

Y recuerda que no necesitas disculparte.

“Si tus colegas están acostumbrados a que acudas en su ayuda sin demoras, deberás ser coherente, y educada -pero firmemente- negar esa ayuda más de una vez”, dice Tilsbury.

2. Tómate un descanso

Katie Denis es directora de programa de Project:Time Off (“Proyecto: Tiempo libre”) en Washington DC, Estados Unidos.

Su consejo: ganar perspectiva haciendo una pausa.

Es fácil pensar que no puedes tomarte un descanso porque la empresa no funcionaría sin ti.

Pero eso no sirve de nada si estás tratando de repartir la carga de trabajo y ganar cierta independencia de los colegas que siempre necesitan tu ayuda.

Irse de vacaciones es una forma estupenda de ganar perspectiva y hacer que otros asuman más responsabilidades, dice Denis.

Y hay muchas cosas que puedes hacer para que te resulte más fácil.

Lo mejor es que lo planifiques con la mayor antelación posible, explica Denis.

“Prepara a la gente para que las cosas vayan bien mientras tú estás fuera. Asegúrate de que entienden cuándo vas a estar ausente y por cuánto tiempo, y qué tienen que hacer mientras tú no estás”.

3. Gestiona tu tiempo

Martin Kilduff es profesor de comportamiento organizacional en la Escuela de Negocios del University College de Londres (UCL), Reino Unido

Según comenta, algunas investigaciones sugieren que quienes tienen muchos colegas que les piden consejos son buenos en su trabajo y tienen éxito profesional.

Ser ese tipo de persona puede tener muchos efectos positivos en tu carrera.

Pero cuando se va de las manos, hay algunos pasos que puedes seguir para bajar un poco del ritmo y no sentirte abrumado por los problemas personales de otros.


“Estar demasiado dispuesto a ayudar con aspectos no relacionados con el trabajo durante largos periodos de tiempo puede afectar negativamente tu rendimiento”, dice Kilduff.

Por lo tanto, necesitarás establecer un tiempo determinado para dedicarle a ese tipo de interacciones.

“Plantéatelo como si se tratara de un horario de oficina durante el cual se pueden resolver esos asuntos”, explica el experto.

Después, piensa en incluir a una o a dos personas más que puedan hacerse cargo de parte de la resolución de algunos problemas.

“Así podrás exhibir tus habilidades de delegación y liderazgo, al tiempo que mantienes tu posición central en la red de influencia”, dice Kilduff.

4. Invierte en la persona, no en el problema

Mark Kennedy es profesor asociado de estrategia y comportamiento organizacional en la Escuela de Negocios del Imperial College de Londres, Reino Unido

En su opinión, saber resolver problemas es una habilidad de gestión importante; pero los ejecutivos de alto nivel más que resolver los problemas ayudan al desarrollo de las personas que los plantean.

“Es fácil resolver los problemas tú mismo, pero si continuas haciendo eso a medida que creces, al final irá en tu contra”, explica.

“Los directivos eficaces —los que son buenos en lo que hacen y disfrutan haciéndolo— aprenden a resolver problemas indirectamente al invertir en personas que serán resolutivas más adelante o, mejor aún, que se convertirán en quienes formen y apoyen a quienes resuelven problemas o a otros formadores”, dice Kennedy.

Pero ¿cómo lograr eso?

“Evita la tentación de la gratificación fácil que se genera cuando resuelves el problema tú mismo”, sugiere.

“Piensa bien en la persona que te gustaría que solucionara el problema por sí misma. Y pasa tiempo con esa persona antes, durante y después del problema”.

“Desarrollar y potenciar a los demás funciona mejor cuando la relación es holística y no sólo transaccional”, concluye.

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