“Dijeron que moriría”, dice Koolen, recordando el accidente. “Así que no querían hacer nada”.
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“Me rompí 22 huesos y perdí un año de memoria”: Kees Koolen, el empresario multimillonario que cada año arriesga su vida en carreras de motocicleta
Después de que Kees Koolen y su motocicleta dieran un salto mortal en una ladera rocosa en el Sahara en 2006, el equipo local de ambulancias dijo que no podían hacer nada para salvar su vida.
Kees Koolen es la única persona que ha competido en las cuatro categorías del Rally de Dakar. (KEES KOOLEN)
En ese momento, el empresario holandés tenía 41 años y había tomado vacaciones como director de operaciones en la empresa de viajes Booking.com para competir en una carrera de motos de larga distancia en el norte de África.
Estaba llegando al final de un día de conducción cuando, al adelantar a un automóvil y otra motocicleta, cayó a un lado de la carretera.
Se rompió 22 huesos y sufrió un traumatismo craneal grave.
Afortunadamente para Koolen, algunos amigos estaban con él, y obligaron a los médicos de la ambulancia a que al menos intentaran salvarle la vida. “Mis amigos tuvieron una gran pelea con los hombres de la ambulancia”, dice.
Koolen finalmente fue trasladado en avión a los Países Bajos, donde se enfrentó a una cirugía de emergencia y una recuperación muy lenta.
“No solo me rompí 22 huesos, sino que perdí la memoria”, dice hoy a sus 53 años. “Todavía no recuerdo nada de lo que fue mi siguiente año de vida”.
La BBC habló con él como parte de su serie “The Boss” en la que entrevista a líderes empresariales de todo el mundo.
Luego de estar en el hospital durante seis meses después del accidente, Koolen finalmente pudo caminar nuevamente y regresar a Booking.com.
Fue uno de los primeros inversionistas de la compañía y su director ejecutivo de 2008 a 2011.
Luego, a partir de 2012 asesoró a otra compañía en la que había invertido, la firma estadounidense de transporte Uber, en su lanzamiento global.
Al mismo tiempo cuidaba de sus inversiones en decenas de otras empresas de tecnología.
Y mientras que la mayoría de nosotros nunca habríamos vuelto a correr en motocicleta después de un choque como el que tuvo él, Koolen decidió subir su apuesta inicial y comenzar a competir en su moto en el anual Rally Dakar, que puede ser de hasta 9.000 km, en su mayoría sobre caminos sin pavimentar.
“Cuando trabajo, mi jornada dura 20 horas cada día”, dice. “No puedo parar, así que tomarme tres semanas de descanso cada año para competir en el Dakar me obliga a desconectarme del trabajo”.
“Cuando me reintegro al trabajo, siempre tomo las mejores decisiones de negocios porque estoy fresco”.
En la actualidad, el principal objetivo de Koolen es su negocio de baterías de iones de litio, Lithium Werks, con sede en la ciudad de Hengelo, en el este de los Países Bajos.
Aunque la compañía se estableció solo a comienzos de este año, luego de que compró a la firma estadounidense Valence y su filial holandesa Super B, Lithium Werks ya tiene dos fábricas en funcionamiento en China, y otra viene en camino.
Las baterías recargables están dirigidas a vehículos eléctricos, desde taxis hasta barcos, carros elevadores y camiones, así como para el almacenamiento de energía en instalaciones de paneles solares y parques eólicos.
La demanda global de baterías de este tipo aumentará hasta 16 veces para 2030, a medida que el mundo se aleja de la quema de combustibles fósiles, así que Koolen quiere que Lithium Werks sea uno de los principales proveedores.
“El volumen de negocios de este año será de US$80 millones, y predigo cerca de US$1.000 millones el próximo año, y luego crecerá más a partir de ahí”, dice. “La demanda de baterías va a ser enorme en el futuro”.
De ingeniero a Ironman
Nacido y criado en una pequeña granja lechera en el sur de los Países Bajos, junto a la frontera con Bélgica, Koolen dice que no abandonó su aldea hasta que tenía 11 años.
“Nunca hablé holandés hasta que fui a la escuela secundaria y tuve que aprenderlo”, dice. Hasta entonces solo había hablado el dialecto brabantiano.
Después de terminar la escuela, Koolen estudió ingeniería mecánica en Eindhoven. Fue alrededor de esta época cuando comenzó a competir en triatlones Ironman: 3,9 km de nado, seguido de un trayecto en bicicleta de 180 km y finalmente una maratón.
Sin embargo, después de que se lesionó la rodilla en un accidente automovilístico cuando un conductor ebrio se estrelló contra su automóvil se cambió a los deportes de motor.
Koolen luego estudió un MBA, antes de comenzar una exitosa carrera como consultor, y asesoró a una gran cantidad de empresas en las que también comenzó a invertir. Una de ellas fue Booking.com, que se formó en Holanda en 1997, y el año pasado tuvo ingresos de casi US$13.000 millones.
Las inversiones de Koolen a lo largo de los años lo han convertido en multimillonario. Un periódico holandés estima que en 2013 tenía una fortuna personal de US$130 millones.
¿Pero tiene razón en ser tan optimista sobre Lithium Werks y la demanda mundial de baterías de iones de litio?
“Las baterías de iones de litio son absolutamente clave en el movimiento, no solo para los vehículos eléctricos, sino que también nos permiten aprovechar todo el potencial de la energía solar y eólica a través del almacenamiento de energía barato y fácil”, dice Richard Anderson, portavoz del centro de estudios RethinkX.
“Así que no hay duda de que la demanda de estas baterías se disparará, pero, por supuesto, eso no significa que todos los que producen baterías de iones de litio tengan éxito”.
“Este será un mercado increíblemente competitivo donde ya operan varias compañías grandes y bien establecidas, como Tesla y Panasonic”.
No importa lo ocupado que esté Koolen con Lithium Werks, su entusiasmo por competir en los deportes a motor está intacto.
Ha participado en el Rally Dakar nueve veces y es la única persona que ha completado la carrera en las cuatro categorías principales: motocicleta, quad, auto y camiones.
El riesgo de lesión no lo inquieta, dice, incluso recordando el momento en 2013 cuando se rompió la espalda mientras entrenaba en su cuadriciclo.
“Estaba a punto de dar un salto y el acelerador se atascó”, dice. “Me caí de la moto y me rompí cuatro vértebras”.
“Creo en el destino. Todos mueren cuando es su momento”.