“Esas previsiones son una señal de alerta y de que necesitamos tomar medidas para el sector y eso es lo que haremos” , declaró al diario Folha de Sao Paulo el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao.
En un escenario intermedio, según el informe, el país necesitará aumentar las importaciones del combustible fósil en un 619 por ciento, incluso manteniendo la mezcla obligatoria de etanol entre un 20 y 25 por ciento en la gasolina.
En la peor de las situaciones, sin crecimiento de la producción de etanol y gasolina, el país requerirá aumentar en un 671 por ciento sus importaciones del combustible derivado del petróleo.
La falta de inversiones en las refinerías para aumentar la producción de gasolina y el estancamiento de la industria del etanol, acompañadas de un creciente aumento de la demanda de combustibles, incidieron para el pronóstico, que tomó en cuenta una expansión promedio del 4.5 por ciento del consumo anual.
Entre 2010 y 2011, la producción de etanol bajó en Brasil el 15 por ciento y para 2012 se espera una recuperación del 8.56 por ciento, todavía por debajo del auge del biocombustible en el país. EFE
wgm/eat