Economía

Tiempo y consensos juegan en contra del plan de reactivación económica del Gobierno

El 56 por ciento de iniciativas del Plan de Recuperación Económica están orientadas a mediano y largo plazo, y dependen de consensos.

El Plan para la Recuperación Económica de Guatemala fue presentado por Antonio Malouf, ministro de Economía —al centro—, junto a los ministros de Finanzas, Álvaro González Ricci; Agricultura, José Ángel López; Energía y Minas, Alberto Pimentel,  y Josué Lemus, de Comunicaciones. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

El Plan para la Recuperación Económica de Guatemala fue presentado por Antonio Malouf, ministro de Economía —al centro—, junto a los ministros de Finanzas, Álvaro González Ricci; Agricultura, José Ángel López; Energía y Minas, Alberto Pimentel, y Josué Lemus, de Comunicaciones. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

La recuperación y generación de nuevos empleos, atracción de inversiones estratégicas al país y el fomento del consumo de bienes y servicios guatemaltecos a nivel nacional son los principales ejes del Plan para la Recuperación Económica de Guatemala, que presentó ayer el Ministerio de Economía.

En agosto pasado, el Gobierno de Guatemala había presentado el primer plan de reactivación económica, y en este segundo intento contemplan la reactivación y la mejora de la economía, e incluso se propone regresar a niveles previos a la pandemia.

El desafío es grande, según analistas económicos consultados, porque la mayoría de resultados depende de factores externos al Ejecutivo, como la aprobación de iniciativas de ley y el factor tiempo, que representa un papel adverso para poder alcanzar resultados en el corto plazo.

Otro punto que no permitiría un pronto resultado es que dentro del proyecto de presupuesto presentado para el 2021 —por Q99 mil 700 millones—,  solo Q4 mil 500 millones —el 5%— está orientado a la reactivación, y depende de su aprobación para poder llevar a cabo  acciones del Plan.

“Lo que sería grave es hablar de proyectos y que no tengan una correspondencia presupuestaria”, dijo Hugo Maúl, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).

Empleo como prioridad

En opinión de Érick Coyoy, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Rafael Landívar, las prioridades deben ser aquellas que tengan un impacto directo en la generación de empleo y atracción de inversión en el corto plazo, y no una recopilación de todos los temas pendientes en distintas áreas y que se presentan como un conjunto integral por ser parte de un mismo documento.

Ricardo Rodríguez, economista de Central American Business Intelligence (Cabi), resaltó el esfuerzo por frenar la caída en los empleos que esta pandemia causó, pero eso está ligado a la atracción de inversión extranjera directa, que desde hace aproximadamente cinco años el país viene ahuyentando.

Abelardo Medina, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), dijo que, aunque, la mayoría de acciones son útiles, no tendrán resultados  directos en la reducción de la pobreza, e incluso dijo que ese indicador podría  empeorar, mientras no se logren cambiar los temas estructurales del país; por ejemplo, mejorar los salarios”, señaló Medina.

Muchas de las acciones planteadas en el plan son y han sido necesarias desde hace tiempo para mejorar la competitividad del país.

Algunas no tendrán resultados inmediatos, pero tienen el potencial de generar desarrollo y recuperar la economía de una manera más rápida, agregó Fabian Juárez, investigador del Departamento de Investigación y Consultoría Económica de La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES).

“Este plan debe ser complementado con otras acciones focalizadas, más rápidas que busquen apoyar sectores oprimidos aún por la pandemia. En especial, evitar la pérdida de infraestructura productiva y apoyar a la población más vulnerable que requiere de acciones inmediatas para sobrevivir”, enfatizó Juárez.

Antonio Malouf, ministro de Economía explicó los principales ejes del Plan de Recuperación Económica. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Papel de coordinador

“El Ministerio de Economía posee un poder relativo dentro del sector público guatemalteco, tanto en términos presupuestarios como en el número de personal y alcance tecnológico. Es uno de los ministerios más débiles que existe en la estructura económica”, afirmó Maúl, y dijo que, en cambio, hay otros ministerios que manejan presupuestos más grandes y parece que el papel dentro del plan es de coordinación, porque depende del apoyo interinstitucional y privado.

El analista del Cien contó más de 70 acciones y detectó alta corresponsabilidad con otros ministerios; por ejemplo, el 13 por ciento del plan depende de decisiones del Congreso de la República, otro 39 por ciento de una colaboración del sector privado, 13 por ciento  involucra al Ministerio de Agricultura y 9 por ciento a Comunicaciones.

El 56 por ciento de las acciones está orientado al mediano y largo plazo, que requieren de consensos; solo el 31 por ciento son acciones de corto plazo, siempre y cuando todos logren coordinarse, agregó Maúl.

Medición de resultados

Para Jorge Benavides, investigador asociado de la Fundación para El Desarrollo de Guatemala (Fundesa), el plan carece de instrumentos en el tiempo que permitan monitorear el avance progresivo de resultados.

Esas herramientas podrían ser el número de afiliados nuevos reportados por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, el número de beneficiarios de los programas de apoyo, el monto de inversión que se espera ejecutar, o el nivel de crecimiento del producto interno bruto, que se podrá atribuir a la directa implementación del plan.

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