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Gobierno a examen: crecimiento de la economía sigue un patrón que lleva su propia inercia

Los indicadores que miden la actividad económica jugaron a favor y en contra durante el primer año de gobierno del presidente Bernardo Arévalo, que marcan una cierta estabilidad, pero que no concretan un despegue productivo.

Guatemala cuenta con una trayectoria en el manejo macroeconómico prudente y conservador por lo que indicadores se mantendrán con esa condición. Pero también la historia reciente ha demostrado la “gran influencia” en el sistema productivo nacional que tienen factores externos que pueden poner en riesgo la producción, elaboración, distribución y consumo de bienes y servicios, que demuestra cierta dependencia.

El 2024 puede ser un primer año de la administración del gobernante Bernardo Arévalo, enmarcado en el desempeño de indicadores relativamente estables, pero con ciertas zonas grises.  

Para Guillermo Díaz, coordinador del Instituto de Investigación en Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar (URL), y Fernando Spross, investigador asociado de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), consideran positivo el resultado del crecimiento económico en 2024.

 
 

“En crecimiento porque la tasa fue mayor al promedio 2010-2023 que fue 3.5%. Este resultado se logró por el dinamismo del consumo impulsado por las remesas”, justifica Díaz.

En tanto que Spross dice que se logró un avance importante, al pasar de un crecimiento estimado de 3.5% a principios de año a uno de 3.7% al cierre del año 2024, también superando el crecimiento del 2023, que cerró en 3.5%. 

Para el economista Maynor Cabrera, analista independiente y consultor internacional, analiza que si bien el crecimiento de la economía fue superior al 2023, el valor es muy cercano al promedio observado durante los últimos 15 años que es de 3.6 % desde 2010, sin incluir 2020 y 2021 influenciados por la pandemia.

Entonces, el crecimiento del PIB se situó respecto a las tendencias recientes, con lo cual no se puede hablar de avances o retrocesos, sino que se mantuvo igual, por lo que su posición es más neutral.

Abelardo Medina Bermejo, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) coincide (amarillo) con Cabrera y puntualiza que el crecimiento observado sigue un patrón dado por las condiciones generales de la economía, dentro de las que destaca el impulso al consumo que producen las remesas internacionales.  

A su juicio no existieron en 2024 cambios importantes en materia de inversión o gasto público (por lo que en términos del PIB siguió siendo razonablemente el mismo), ni mejora en las condiciones productivas (infraestructura o legislación, etc.).  Sin embargo, la percepción de los agentes económicos de una mejora de largo plazo, si pudo producir una mayor intención de producción.

ESCRITO POR:
Urias Gamarro
Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.