ECONOMÍA
¿Está logrando Francia ser una nación de emprendimientos?
Cuando el presidente Emmanuel Macron asumió la presidencia, se esforzó por incluir dos iPhones en su fotografía oficial, como símbolo de su inclinación por la tecnología. A un año de que dio a conocer su agenda, estaba determinado a convertir a Francia en una nación de emprendimientos.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron al asumir la presidencia, se esforzó por convertir a Francia en una nación de emprendimientos. (Foto Prensa Libre: EFE)
El presidente francés se ha esmerado en cultivar una imagen de conocedor de la tecnología, ha promovido un redoble firme de eventos de alto perfil e incluso ha logrado aprobar una serie de reformas económicas y laborales para hacer este país más atractivo para los inversionistas.
Sin embargo, las inversiones relacionadas con la tecnología y el negocio de la inteligencia artificial siguen rezagadas en Francia en comparación con el Reino Unido. Las empresas emergentes todavía tienen problemas para aumentar en número. La mayor parte de los fondos semilla provienen del mismo gobierno francés.
Las empresas han venido prometiendo que harán más en Francia. En enero, por ejemplo, los directores ejecutivos de las empresas tecnológicas más grandes del mundo anunciaron que harían nuevas inversiones por 3,500 millones de euros, o 4,100 millones de dólares, y crearían por lo menos 2,200 empleos en los próximos cinco años.
Efecto Macron
Macron buscó generar impulso en Francia el 23 de mayo, cuando citó a 60 directores ejecutivos para reunirse con ellos en París. El presidente francés se reunió por separado con el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, y los líderes de IBM, Microsoft y Uber más tarde ese mismo día, en el Palacio del Elíseo.
Las reuniones se llevaron a cabo un día después de que Zuckerberg enfrentara cuestionamientos estridentes de legisladores del Parlamento Europeo en Bruselas sobre las fallas de privacidad vinculadas con el escándalo de Cambridge Analytica.
“Es evidente que ha habido un efecto Macron”, comentó Franck Sebag, socio de la firma de servicios profesionales Enrst & Young con sede en París, quien ha analizado la trayectoria digital de Francia.
“Hace algunos años pocas personas hablaban de Francia como un país tecnológico”, comentó Sebag. “La disposición a invertir se ha disparado”.
Mientras el presidente Donald Trump trata de imponer una agenda cada vez más proteccionista para Estados Unidos, y el Reino Unido se separa de la Unión Europea, Macron ha promovido políticas de fronteras y puertas abiertas para las empresas en un país que desde hace mucho tiempo había sido todo menos abierto. Las multinacionales se están animando a crear más empleos en Francia a medida que Macron revisa las leyes laborales, a pesar de las protestas de los trabajadores de su país.
Capital emprendedor
Las declaraciones simbólicas, como la apertura el año pasado de Station F, un enorme proyecto de incubación en París que representa las ambiciones de Francia, también han dado de qué hablar. El gobierno está atrayendo actividad de investigación con créditos fiscales que tienen un valor de hasta 5,000 millones de euros al año, además de otros incentivos. Este mes Macron anunció que Francia invertiría 1500 millones de euros en investigación sobre inteligencia artificial para 2022.
El capital emprendedor —antes difícil de recaudar en un país donde la toma de riesgos estaba muy estigmatizada— fluye con más libertad. La recaudación de capital emprendedor para empresas emergentes aumentó a 2700 millones de euros el año pasado, en comparación con solo 255 millones de euros en 2014, según Dealroom, una empresa de investigación. Esta última cantidad es más de lo que se ha recaudado en el Reino Unido, al igual que en Alemania e Israel, que también tienen importantes centros tecnológicos.
“El Reino Unido ya no es la capital indiscutible del capital emprendedor europeo”, mencionaba Dealroom en un informe reciente.
Por todo el alboroto, Francia debe enfrentar varios obstáculos de antaño.
Aunque miles de empresas emergentes se están desarrollando en incubadoras como Station F, el país solo tiene un puñado de empresas conocidas como “unicornios”, o empresas emergentes valuadas por encima de mil millones de dólares.
Esta es una medida de lo desafiante que es crear el nuevo Facebook o Google aquí. Las empresas nacientes todavía enfrentan considerables retos para crecer hasta convertirse en negocios más grandes y sostenibles.
Mientras tanto, la inversión relacionada con la tecnología en el Reino Unido se disparó casi un 90 por ciento el año pasado para llegar a más de 7000 millones de euros, más que en Francia, Alemania y Suecia juntas, según Dealroom. Aunque Francia genera millones en préstamos baratos y subsidios disponibles para empresas financieras emergentes y aceleradoras a través de su banco de inversión pública Bpifrance, los críticos explican que eso podría dificultar que se distinga si las empresas emergentes francesas son competitivas o no.
Los esfuerzos de Macron para hacer de Francia un centro de investigación de inteligencia artificial también se han tardado en avanzar. El Reino Unido todavía tiene el ecosistema de inteligencia artificial más fuerte de Europa, con más de 120 empresas involucradas en la tecnología, en comparación con las 39 que tiene Francia, según Asgard Capital, una sociedad de capital de riesgo con sede en Berlín.
Aunque la tendencia está cambiando.
Los grandes negocios están sumando cada vez más ventajas, en especial desde que Macron anunció que hay más de 3500 millones de euros en inversión extranjera, incluyendo un gran porcentaje para la tecnología.
El 23 de mayo, IBM anunció que para 2020 iba a reclutar en Francia a 1800 expertos en inteligencia artificial. SAP de Alemania planea invertir 2000 millones de euros en investigación y desarrollo. DeepMind, la firma de aprendizaje automático con sede en Londres y propiedad de la empresa matriz de Google, Alphabet, expandirá sus operaciones en París mientras el Reino Unido se prepara para dejar la Unión Europea.
Facebook y Google también planean fortalecer su presencia y sus equipos de inteligencia artificial en Francia durante los próximos años.
© The New York Times 2018