Economía

Un solo valor versus varios valores

¡El banco me quiere exprimir con el monto del préstamo que me aprobó de acuerdo al avalúo tan bajo que hizo de mi casa!, dijo muy enojado el cliente, después de rechazar lo que le ofrecieron. -No tomaron en cuenta el valor comercial que tiene-, insistió.

Y es que muchos creen que el valuador debe consignar en su avalúo el valor comercial “real”, sin importarle para qué se requiere el avalúo, sobre todo por la creencia de que las cosas tienen un único valor: el comercial.

Por muchos años se tuvo la teoría “univalente”, donde se indicaba que las cosas tenían un solo valor: el comercial.

Sin embargo, hace algunos años, en un congreso de la Unión Panamericana de Valuadores, se estableció la teoría “multivalente”, que indicaba que las cosas pueden tener varios valores. Justamente, en estos congresos se han establecido también las Normas Internacionales de Valuación, donde se han unificado conceptos tales como Valor de Mercado, Valor de Liquidación, Valor Bancario, entre otros.
¿Qué papel juegan las normas internacionales? Pues precisamente para que los valuadores actúen con transparencia y claridad con el propósito de evitar, como dijo alguien, el “maligno juego de sutiles estafas”, sobre todo refiriéndose a los préstamos bancarios. Las normas definen dos conceptos, Valuación y Tasación.

La valuación es el acto o el procedimiento de asignarle valor a las cosas y la puede realizar cualquier persona. La tasación es el proceso ordenado y técnico, realizado por un profesional calificado, que rinde un informe sustentado en metodologías demostrables. De manera que cualquiera puede determinar un valor, pero un informe de tasación se hará basado en metodologías comprobables, cuyo resultado será un informe pormenorizando las premisas, técnicas y conceptos, y sobre todo, que no dé lugar a ambigüedades, tendencias o soslaye aspectos importantes.

En cuanto a los avalúos bancarios, se cuestiona lo siguiente: ¿quién es el cliente del Valuador? El que paga por el avalúo o el banco. Por supuesto que es la entidad financiera. Justamente, las normas internacionales indican que los informes de tasación se elaborarán de acuerdo a las políticas del banco, de acuerdo a las normas que ellos establezcan. Nunca a los intereses particulares de un solicitante. El banco analizará el grado de riesgo del cliente y aprobará un porcentaje. El valuador: el riesgo del mercado y castigará o beneficiará según los análisis efectuados.

Justamente, una de las normas indica que el valuador debe actuar con prudencia y jamás emitir un informe de tasación que induzca a una entidad a actuar erróneamente.

Un valor único puede hacer transparente el valor de las cosas, pero de nada le servirá si no cumple el propósito para el que se requiere. Supongamos que se desea liquidar una empresa, y se tiene la presión de hacerlo en un plazo muy estrecho; de muy poco servirá que el valuador entregue un único valor (comercial) que se negociará en un plazo muy amplio. El informe de tasación obligatoriamente indicará esta condición, los distintos valores y supuestos, para que quien lo lea, así lo interprete.

Un valor comercial de subasta pública requiere que el valor que se establezca de salida invite a muchos a participar y luego, cuando suceda la puja, puede ser que alcance o sobrepase el valor comercial. De lo contrario, si se establece como valor de subasta un valor comercial normal, es probable que no llegue nadie. El informe de tasación también indicará todas las premisas, justamente para evitar, como alguien dijo “el malabarismo de oscuros avalúos”.

El valor consignado en un avalúo no puede imponerse, ya que es la oferta y la demanda la que determinarán el precio; una cosa es el valor y otra el precio, “el precio es lo que el valor quiso ser”.

Los procesos económicos han cambiado y antes se sentenciaba “Todo avalúo, independientemente del fin, debe revelar imparcialmente y objetivamente un valor”.

Hoy se establece: todo avalúo debe especificar el fin para el cual se elabora y debe revelar imparcial y objetivamente las premisas, condiciones, técnicas y métodos utilizados, así como las conclusiones del porqué se llegó a ese valor, además de establecer el ámbito de validez y tiempo de caducidad.

Estos cambios, tales como la globalización, internet y los tratados de libre comercio, entre otros, han hecho modificar criterios y metodologías que ahora no solamente nos exige, sino permiten apreciar, opinar y estimar diferentes valores “multivalentes”, no exclusivamente en nuestros mercados locales, sino en los de todo el mundo, de una mejor manera y adaptados a estos nuevos requerimientos. ¿Dudas?

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