Comunitario
Cuáles son las diferencias entre flujos piroclásticos y lava y qué impacto tienen en las erupciones volcánicas
Aunque la lava es la imagen más reconocida de una erupción volcánica, son los flujos piroclásticos los que representan el mayor peligro por su velocidad, alcance y capacidad destructiva.
Existen diferencias significativas entre el flujo piroclástico y la lava que fueron detallados Carla Chun, vulcanóloga del Observatorio Guatemalteco de Vigilancia Volcánica de la Universidad Mariano Gálvez (Foto: Prensa Libre, EFE/ Str)
Guatemala es un país que tiene cerca de 288 volcanes, según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
De estos volcanes, hay tres que están activos, el Volcán de Fuego, el Pacaya y el Santiaguito, pero es el primero el más activo y está ubicado entre Chimaltenango, Sacatepéquez y Escuintla.
Aunque en eventos volcánicos de magnitud significativa, como las constantes erupciones del Volcán de Fuego, siempre se menciona el peligro que representan los flujos piroclásticos, poco se sabe sobre los materiales que los conforman y cuáles son los riesgos que representa para la vida de las personas la exposición a estos.
Además también hay muchas personas que tienden a confundir los flujos piroclásticos con la lava, por lo que hicimos la consulta para conocer las diferencias entre ambos materiales que son expulsados por un volcán durante una erupción.
Primeramente, los volcanes son aberturas en la corteza terrestre por donde es expulsado el material fundido y caliente (llamado magma), que se encuentra a gran profundidad en la Tierra. Este magma, al ascender a la superficie, escurre bajo el nombre de lava por los flancos de los volcanes.
¿Cómo se compone el material piroclástico?
Según explica Carla Chun Quinillo, vulcanóloga del Observatorio Guatemalteco de Vigilancia Volcánica de la Universidad Mariano Gálvez, las corrientes de densidad piroclástica son una mezcla de fragmentos de roca volcánica de diferentes tamaños, que pueden incluso alcanzar metros, y que incluyen también fluidos incandescentes, ceniza y gases.
Señala que normalmente, la parte más pesada o densa de esta mezcla se encuentra ceñida a la topografía por la que desciende, mientras que la parte de la “nube ardiente” está compuesta por gases y ceniza. A toda esta mezcla se le conoce como corriente de densidad piroclástica.
"Podemos decir, entonces, que está compuesta por dos partes: la primera es densa, y la segunda es la oleada compuesta por los gases que viajan a gran velocidad", afirma.
¿Cómo se compone la lava?
En cuanto a la lava que es expulsada prácticamente al final de una erupción, la experta indica que está compuesta principalmente por roca fundida a altas temperaturas. Las características de la lava dependen de la composición física y química del volcán, lo que determina las distancias que puede alcanzar al ser expulsada y al desplazarse por las laderas.
Una de las principales diferencias entre la lava y el flujo piroclástico es que la primera se desplaza a velocidades mucho menores en comparación con el material piroclástico, que puede desplazarse a altas velocidades y tener un mayor rango de expansión.
En cuanto a la peligrosidad, Chun afirma que las corrientes de densidad piroclástica son más peligrosas y pueden tener un impacto mucho mayor en la población que un flujo de lava, debido a la altura, alcance y velocidad a la que viajan los gases y materiales expulsados. Esto representa un mayor riesgo tanto para la salud como para la vida de las personas y los animales que habitan en los alrededores del volcán.
La experta también indica que, debido a que la lava tiende a desplazarse a menor velocidad, proporciona un margen más amplio para realizar la evacuación de los pobladores de las comunidades asentadas en las laderas de los volcanes.
LECTURAS RELACIONADAS
¿Qué peligros representa la exposición a los flujos piroclásticos?
La vulcanóloga explica que la exposición a los flujos piroclásticos conlleva una serie de riesgos para la salud y la vida de las personas, así como de los animales. Entre ellos menciona:
- La ceniza y los gases pueden generar complicaciones en las vías respiratorias, causando tos, irritación o dificultades para respirar. Además, pueden contaminar reservorios o fuentes de agua potable de las comunidades aledañas.
- También tienen efectos nocivos en la agricultura, al causar la pérdida de cosechas.
- Por otra parte, pueden ocasionar problemas de salud en la piel, como dermatitis o enfermedades cutáneas, problemas oculares debido a las partículas que se desplazan junto a los gases y otros síntomas generados por intoxicación.
Ante estos riesgo es deseable que la población no se exponga y que atienda las recomendaciones de las instituciones encargadas del monitoreo, vigilancia y evacuación, así como de atender cualquier emergencia, ante alguna eventualidad que pueda presentarse a consecuencia de una erupción volcánica afirma Carla Chun Quinillo, experta del Observatorio Guatemalteco de Vigilancia Volcánica de la Universidad Mariano Gálvez.



