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La jornada nocturna pierde estudiantes en la pandemia, y aún no se recupera

En cinco años la matrícula estudiantil en la jornada nocturna disminuyó 35.26%, según datos oficiales.

Este año en las escuelas nocturnas hay 9 mil 965 estudiantes. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola)

Este año en las escuelas nocturnas hay 9 mil 965 estudiantes. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola)

Cuando cae la noche decenas adolescentes y adultos  se encaminan a las escuelas nocturnas, espacios que para muchos se convierten en la única oportunidad de continuar con sus estudios, ya que  la mañana la dedican a otras tareas, principalmente, a trabajar.

Alexander tiene 15 años, está empleado en un comedor en la zona 7 capitalina. Al terminar la jornada laboral, a las cinco de la tarde sale y camina más de media hora para llegar a tiempo al Instituto Nacional de Educación Básica Nocturna Popol Vuh en la zona 11. Allí las clases comienzan a las seis de la tarde.

El adolescente está en tercero básico, y confiesa que estudiar por las noches requiere de un esfuerzo doble, pues las horas en el comedor son traqueteadas, y al llegar al aula  lo hace cansado, estresado. Las tareas escolares las realiza en su tiempo libre, que no es mucho.

“Trabajo para ayudar a mi familia, pero para mí es importante seguir estudiando”, dice Alexander, que comparte el salón de clases con otros 25 estudiantes, que también aspiran a graduarse del nivel básico y continuar en el Bachillerato; su meta es tener un mejor empleo.

En caída libre

La jornada nocturna debería recibir cada año a más personas que buscan superarse, sin embargo, la matricula estudiantil dice lo contrario.

La cantidad de inscritos en el 2019 era de  15 mil 392, según reporte del Ministerio de Educación (Mineduc), pero se observa un descenso del 7% durante el primer año de la pandemia del covid-19 (14 mil 309 matriculados). La caída no se detuvo en los períodos siguientes, y para este 2023 ya se observa una baja del 35.26.% (9 mil 965).

En la primaria la pérdida de estudiantes es drástica, en los cinco años hubo una disminución de 35.5% en la inscripción, pese a que es el nivel educativo con mayor cobertura.

Tal como sucede en la educación regular, en los centros escolares con jornada nocturna la prioridad es la primaria, el 57% de los establecimientos imparten dicho nivel.

En básicos también hay menos estudiantes. De los seis mil 10 que se inscribieron en el 2019 este año la matrícula estudiantil se redujo un 34%, hay inscritos tres mil 961 personas.

Pero es el diversificado el que tiene  el mayor descenso. cuatro de cada diez escritorios quedaron vacíos en un plazo de cinco años, pues en el 2019 eran dos mil 909 personas las que estudiaban el bachillerato, ahora son mil 829, aunque el Mineduc refiere  que el número puede incrementarse debido a que las inscripciones aún no se han cerrado.

La cartera reporta que para atender a los estudiantes de las escuelas nocturnas hay mil 212 docentes, de estos 295 imparten primaria, 552 están en el nivel básico y 365 en diversificado.

En total hay 199 establecimientos en todo el país y en donde la población puede estudiar la jornada nocturna en cualquier nivel, y cuatro de cada diez planteles se encuentran en el departamento de Guatemala.

Al hacer un cruce de datos entre la cantidad de estudiantes y la de establecimientos, hay una desproporción. Por ejemplo, en el caso del municipio de Guatemala en el 2022 el Mineduc reportó una matrícula de mil 267 personas inscritas en la primaria y hay 30 centros educativos para acoger a esa población, el promedio de estudiantes por cada plantel es de 42.

Pero en el nivel de básicos los inscritos son mil 670 distribuidos en 17 establecimientos, la media sería de 98 estudiantes en cada centro. Mientras que en el bachillerato eran 857 estudiantes matriculados en 12 planteles, el promedio sería de 71.

Recuperar  la matrícula

La pandemia pudo impactar en esa baja de estudiantes en la jornada nocturna, por la suspensión de clases presenciales, indica Ester Ortega, exviceministra de Calidad Educativa del Mineduc y experta en el área pedagógica.

Pero para el 2023 la matrícula debería mostrar una mejora, lo que no ha ocurrido, según los números.

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Para motivar a más población a completar sus años de estudio en la jornada nocturna la entrevistada sugiere promocionar estos espacios de preparación académica en las fábricas y otros lugares donde se ubica la población que necesita terminar “por lo menos” la primaria.

Es importante que el Mineduc haga un trabajo de supervisión en los establecimientos para garantizar que los docentes cumplan con el horario establecido y con los temas programados para cada grado, y que impartan los cursos de manera dinámica para que los estudiantes se sientan motivados a asistir y que el esfuerzo para llegar  a clases después del trabajo tenga  su recompensa.

En los datos de la matrícula estudiantil de la jornada nocturna que reporta el Mineduc  llama la atención de Ortega que hay un aumento de estudiantes entre grados que no resulta lógico. En el 2021, por ejemplo, en el primer año de primaria había 561 inscritos, que al ser promovidos pasarían al segundo año en el 2022, pero los datos muestran 306 alumnos más, por lo que la  exviceministra cuestiona que hay un registro erróneo.

A estudiar en la noche

Uno de los requisitos para comenzar en la jornada nocturna es que el estudiante sepa leer y escribir para inscribirse en el primer año de la primaria, en el que se fusiona el primero y segundo grado.

Según reporta el Mineduc, son cuatro años de primaria, tres de básicos y tres para graduarse del bachillerato.

El tiempo que los estudiantes reciben clases en las escuelas nocturnas es de tres horas – inicia a las seis de la tarde y termina a las nueve de la noche-, mientras que en la matutina y vespertina son cinco horas.

Ortega es de la opinión de eliminar la jornada nocturna y trasladarla a los fines de semana, eso permitiría a los estudiantes tener clases más productivas, pues estarían más abiertos a recibir el conocimiento que cuando llegan a las aulas por las noches cansados después de trabajar durante el día.

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.