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Resumen 2020: Los héroes que desafiaron los efectos de las tormentas Eta e Iota

Solidaridad de guatemaltecos aflora en medio de la tragedia causada por las tormentas tropicales Eta e Iota.

La organización World Central Kitchen otorga alimentos calientes a familias afectadas por las tormentas Eta e Iota en Izabal. (Foto Prensa Libre: Tomada del Facebook de World Central Kitchen)

La organización World Central Kitchen otorga alimentos calientes a familias afectadas por las tormentas Eta e Iota en Izabal. (Foto Prensa Libre: Tomada del Facebook de World Central Kitchen)

Las tormentas tropicales Eta e Iota se ensañaron contra varias comunidades del norte de Guatemala, incluso, algunas se transformaron en laguna, y las cifras oficiales rondan por los dos millones 415 mil 858 damnificados; sin embargo, en medio de la tragedia surgen guatemaltecos dispuestos a desafiar a la fuerza de la naturaleza para llevar alivio a quienes lo han perdido todo.

Los puentes aéreos fueron fundamentales para el rescate de decenas de familias que quedaron atrapadas en los techos de sus casas inundadas, y para el traslado de toneladas de ayuda humanitaria para garantizar que los damnificados tuvieran que comer y como abrigarse.

El empresario Carlos Pineda Rossell, originario de Izabal, es un ejemplo de la solidaridad, pues a pesar de las inclemencias del tiempo se puso a disposición para hacer rescates aéreos y trasladar ayuda humanitaria con sus aeronaves.

Hoy en día Pineda continúa llegando a las comunidades afectadas en Izabal y Alta Verapaz con toneladas de alimentos, artículos de higiene y frazadas.

“Me tocó dar el grito de alerta. Uno se siente frustrado de no poder solucionar todos los problemas”, dijo Pineda Rossell, al recordar que durante Eta se rescataron con helicópteros y lanchas a unas dos mil personas.

Agregó que nadie puede ignorar el sufrimiento de la gente y que por eso junto a familiares y amigos continúan llevando ayuda a los damnificados.

El empresario Carlos Pineda Rossell de Izabal se sumó a las tareas de rescate aéreo de víctimas de las tragedias Eta e Iota. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Un caso similar es el del Aeroclub de Guatemala, cuyos pilotos se activaron desde el 6 de noviembre para transportar toneladas de alimentos y evacuar a damnificados.

Jorge Castellanos, presidente del Aeroclub, señaló que una vez más contribuyeron con la población guatemalteca que sufre por los desastres naturales, como lo han hecho desde el terremoto de 1976 gracias al apoyo de sus asociados, pilotos, y voluntarios que se activaron para la recaudación y traslado de víveres e insumos de higiene.

El Aeroclub de Guatemala trasladó toneladas de alimentos a las zonas anegadas por Eta e Iota. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández Ovalle)

El Vicariato Apostólico de Izabal, a cargo del obispo Domingo Buezo Leiva, es otro los tantos ejemplos de solidaridad que surgieron ante el paso de las tormentas Eta e Iota. Buezo coordinó que todas las parroquias que integran el Vicariato se transformaran en centros de acopio para la recaudación de víveres para los damnificados, a muchos de los cuales también se les ha entregado colchonetas.

Además, convocó a voluntarios para clasificar la ayuda y distribuirla en los lugares con mayor necesidad, aunque eso significó desafiar los malos caminos e incluso las inundaciones, pero a pesar de eso la ayuda continúa llegando.

El Vicariato Apostólico de Izabal apoya a damnificados por las tormentas Eta e Iota. (Foto Prensa Libre: Tomada del Facebook de Vicariato)

Comida caliente

La organización internacional World Central Kitchen también salió al apoyo de los vecinos de las comunidades que quedaron anegadas por las inundaciones en varios municipios de Izabal.

World Central Kitchen coordina con chefs locales para que cocinen alimentos y llevar, a costa de todo, comida caliente a la hora del almuerzo a por lo menos tres mil damnificados por día. En la mayoría de casos los alimentos son trasladados en lanchas porque en algunos casos el agua no ha bajado de nivel.

Esta iniciativa va en dos vías, la primera consiste en dar asistencia humanitaria a los damnificados, y la segunda es apoyar a los chefs que han sido afectados, tanto por la pandemia como por las tormentas, pues los turistas dejaron de llegar a sus restaurantes. En esa iniciativa participa el chef Luis Carrillo, quien forma parte de la organización de Izabal Gastronómico.

Integrantes de World Central Kitchen entregan alimentos calientes a familias afectadas por las tormentas Eta e Iota en Izabal. (Foto Prensa Libre: Tomada del Facebook de World Central Kitchen)

Labor titánica

En Huehuetenango varias comunidades de Aguacatán, Chiantla, Santa Eulalia y San Juan Ixcoy quedaron asiladas por derrumbes y deslizamientos, y lo preocupante es que las fuentes de alimento se escasean con rapidez, pues algunas de las aldeas afectadas se ubican a unas 18 horas de caminos de la cabecera departamental.

Sin embargo, eso no impidió que los integrantes de la Asociación de Organizaciones de Los Cuchumatanes (Asocuch) llevaran más de 20 mil libras de alimentos “sólidos y nutricionales”, incluso, a la comunidad más lejana.

Sergio Alonzo, gerente técnico de Asocuch, que aglutina a 20 cooperativas y asociaciones agrícolas, dijo que han hecho recaudaciones para asistir a las familias afectadas, pues estas estaban sin apoyo de parte del Gobierno.

Sin importar las inclemencias del tiempo y los escabroso de los caminos, integrantes de Asocuch trasladaron unas 20 mil libras de alimentos para damnificados por Eta e Iota en Huehuetenango. (Foto Prensa Libre: tomada de Facebook Asocuch)

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) dio a conocer el balance de daños actualizado al 5 de diciembre del 2020 por el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota, el cual refleja que 2.4 millones de personas han sido afectadas.

Además, la Conred agregó que unas 310 mil personas fueron evacuadas, de las cuales 30 mil 602 se trasladaron a albergues oficiales y 279 mil 670 a no oficiales.

La Coordinadora mantiene la cifra de 60 personas fallecidas y cien desaparecidas.

ESCRITO POR:

César Pérez Marroquín

Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y de medioambiente con 25 años de experiencia.