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Maya acerca a niños al conocimiento virtual sin necesidad de una conexión de internet

Mientras las escuelas están cerradas por la cuarentena, en cinco aldeas de Momostenango, en Totonicapán, los niños continúan aprendiendo en casa apoyados en la tecnología a través del proyecto Maya, que surgió el año pasado, como un servidor web portátil de bajo costo.

Ante la suspensión de clases, niños de las áreas rurales en Momostenango aprenden en sus casas con la ayuda del dispositivo Maya. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Ante la suspensión de clases, niños de las áreas rurales en Momostenango aprenden en sus casas con la ayuda del dispositivo Maya. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Por ahora abarca a estudiantes que se encuentran en Pitzal, Choxacol, Xolajap, Salitre del Conejo y Pueblo Viejo, que al igual que el resto están alejados de las aulas por la interrupción del ciclo escolar debido a la emergencia del covid-19.

No se necesitan conexión de internet, pues todo el material que requieren aprender y explorar se encuentra en Maya, que significa Mis Archivos Ya Alcanzados. Este es un dispositivo que emite una señal de wifi, y al que se logran conectar tablets, teléfonos inteligentes y computadoras, y al hacerlo el niño ingresa a páginas web donde encuentra contenido educativo y material didáctico para su edad e interés.

Con su uso se busca romper con los viejos patrones de enseñanza donde el estudiante depende del maestro para aprender, y los estudiantes eran solamente consumidores de información más no productores.

De esta manera, según Edwin Cáceres, coordinador del proyecto Club Extra que desarrolló este dispositivo, los niños interactúan con su educación, “ellos deciden qué aprender, cuándo aprender y cómo aprenderlo”.

La intención es que se vuelvan autodidactas, que desarrollen habilidades blandas como liderazgo, creatividad, responsabilidad y resolución de problemas, al tiempo que adquieren conocimientos en áreas de Matemática, Comunicación y Lenguaje y Ciencias.

¿Cómo surge?

Cáceres menciona que antes de la pandemia del covid-19 solían visitar las aldeas, y lo que la escuela hacía en cinco horas, los cinco días a la semana, ellos lo reforzaban durante tres horas los sábados, usando la tecnología.

“No hay una pizarra y un profesor sino la solución a un problema. Se forman grupos, se organizan y ellos deben resolverlo. La idea es poder desarrollar en los ellos el ser autodidactas”, menciona.

De esa manera comenzó a cambiar la mentalidad de los niños y a despertarse la curiosidad. El siguiente paso fue poner en sus manos un dispositivo electrónico que facilitara su aprendizaje.

“Es interesante que los niños y jóvenes en las áreas urbanas tienen de todo, pero no lo aprovechan, en el área rural cuando se le da una tablet a alguien que nunca tuvo una, para esta persona es un mundo nuevo, lleno de oportunidades”, dice Cáceres, y esa es la razón por la cual el proyecto se enfoca en población de las aldeas más alejadas de la urbe.

El dispositivo Maya es un proyecto de la organización Guate Star, que actualmente alcanza a niños de cinco aldeas de Momostenango, en Totonicapán. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Actualmente el programa cuenta con 18 facilitadores, que son jóvenes de las mismas comunidades y quienes se encargan de apoyar a los niños en su aprendizaje. De su ingenio surgió Maya.

Cuando comenzaron a visitar las comunidades, les acompañaba un servidor que almacenaba contenido educativo, este emitía una señal de Wifi y podían conectarse hasta 50 dispositivos. Sin embargo, el precio era elevado, alrededor de US$500, y no podían dejarlo en cada aldea para que los niños continuaran con su aprendizaje entre semana.

“Entre nosotros hay una famosa frase: ‘No es mi problema, es tu problema, arreglalo’. Esto significa que a los chicos les ponemos un reto y ellos deben encontrar la solución”, dice Cáceres. El desafío era crear un servidor pequeño, accesible, que transmitiera una señal de wifi y que pudiera almacenar páginas web.

Los jóvenes comenzaron a buscar opciones para desarrollar un dispositivo más económico, y después de varios intentos y sin tener mayores conocimientos de Informática, surgió Maya, que cabe en la palma de una mano.

El pequeño aparato necesita 5 voltios para funcionar, puede encenderse con una batería portátil o con un cubo de teléfono, y en 5 minutos emite una señal de wifi, con un alcance de 26 metros.

Tiene una velocidad de transferencia de 50 megabites por segundo, se pueden conectar al aparato hasta 20 dispositivos, y permite crear contenidos propios, páginas web y archivos de trabajo que se guardan en una memoria USB.

¿Qué encuentra en Maya?

Dentro de Maya el niño encuentra material de acuerdo con su edad y al grado que curse en la escuela. Hay ejercicios, libros de Lectura, de Matemática, Ciencia y Formación ciudadana, videos y páginas de distinto contenido que puede explorar para hacer consultas e investigaciones.

Con la suspensión de clases, Cáceres y su equipo llevaron a las comunidades un primer kit de 10 tablas e igual número de Mayas, y los repartieron en las casas donde habían más niños.

Aquella era la primera versión del dispositivo, que no permitía la retroalimentación de los niños con los facilitadores. Así surgió la versión 1.2, que facilitaba seguir de cerca el aprendizaje de los estudiantes, quienes a través de Whatsaap se comunicaban con sus guías tres veces por semana para resolver dudas.

En un afán por mejorar la interacción, está en proceso una versión 2.0 que tendrá contenidos de instituciones educativas, ejercicios, y evaluaciones aplicados a lo que están aprendiendo los estudiantes en su propio contexto.

Por ejemplo, los facilitadores están digitalizando los libros que tiene la escuela Salitre del Conejo para introducirlo a Maya, los niños tendrán acceso a contenido que el Ministerio de Educación trabaja en las aulas, podrán hacer anotaciones en los libros, hacer ejercicios, las tareas que se asignan en los textos y hacer exámenes.

Nada será como antes

“Después de esta crisis del covid-19 no existirá un ‘como antes’, todo ha cambiado, los modelos de negocios, la manera en la cual interactuamos… la educación, definitivamente cambió”, dice Cáceres.

Guate Star busca a través de la tecnología desarrollar en los niños la creatividad y enseñarles a que sean autodidactas. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Reanudar el ciclo escolar antes de julio es poco probable para él, y en ese contexto Maya puede ser “una solución” para que los niños en las comunidades continúen con el aprendizaje en casa de una manera interactiva, sin necesidad de internet.

Por el momento han entregado 45 Mayas y ha repartido más de 50 tablets, pero “sería beneficioso que organizaciones pensaran en proveer de estos dispositivos a los niños. Sabemos que esto es algo empírico, pero hay organizaciones que podrían tomarlo y hacerlo mucho mejor, meterle más herramientas y que tenga un impacto más profundo en el aprendizaje”, indica Cáceres.

Dentro del programa hay niños que están dentro del sistema educativo, pero también se alcanza a muchos que nunca han asistido a clases, y poner en sus manos un aparato de estos representa una oportunidad para aprender.

 

 

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.