El experto aclaró que la nubosidad no es producto de la arena, aunque en mayores concentraciones sí puede causar problemas de visibilidad, como ocurrió en El Salvador, según medios de comunicación locales.
Culajay ve poco probable que este fenómeno pueda afectar a la población, debido a que las concentraciones de polvo son relativamente pequeñas, aunque aclaró que en grandes cantidades puede ser dañino al inhalarse.
La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud emitieron recientemente un comunicado en el que recomiendan tomar precauciones ante la llegada de este tipo de polvo.
“Estas tormentas provocan que se eleven a la atmósfera grandes cantidades de polvo y arena que logran viajar distancias mucho más allá del desierto hasta alcanzar Europa y América”, informaron las entidades.
Los efectos a la exposición de este polvo pueden tener relevancia principalmente en las personas que padecen afecciones respiratorias como asma o enfermedades cardiovasculares, advierten.
Por tanto, a altas concentraciones recomiendan usar mascarilla y gafas protectoras, así como cubrir los recipientes de agua.
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