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Procesión de la Virgen de la Asunción aboga por solución a crisis

Este año el mensaje de la procesión que conmemora  a la Virgen de la Asunción, se enfocó a evidenciar la crisis que registra el sistema de salud pública. 

La imagen de la Virgen de la Asunción sale de la parroquia, en zona 2, ante la presencia de cientos de devotos católicos. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

La imagen de la Virgen de la Asunción sale de la parroquia, en zona 2, ante la presencia de cientos de devotos católicos. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

La fiesta de la Asunción, que por más de 400 años se ha celebrado, tiene un momento de reflexión en esta ocasión, debido a la crisis que enfrenta la red hospitalaria del país, ante la carencia de insumos, medicamentos y presupuestos.

La imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de la ciudad de Guatemala, salió de la parroquia, en zona 2,  las 7 de la mañana, acompañada de la mirada y fe, de cientos de devotos católicos. El mensaje de la alegoría en las andas cautivó a los feligreses.

Con pasajes bíblicos que hacen alusión a la ayuda al necesitado y brindar pan al que no tiene, la imagen de la Virgen de la Sunción, recorrió  las calles y avenidas de la ciudad.

Uno de los mensajes que adornó el anda de la patrona, fue el del versículo 30 de San Marcos: “Denles ustedes de comer”.

El párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, Luis Mejía, explicó: “Este año decidimos enviar un mensaje en solidaridad a la crisis que enfrentan los hospitales en el país. Las penas, las carencias son responsabilidad del Estado, y eso incluye a autoridades y ciudadanos”.

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Origen de la celebración 

La fiesta de la Virgen de la Asunción ya se celebraba hacia 1571, en Xocotenango, un milperío aledaño a la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, encomendado a Pedro de Alvarado.

En esas tierras del Valle de Panchoy, que hoy comprenden el municipio de Jocotenango, Sacatepéquez, se habilitó una capilla dedicada a esa advocación mariana.

En forma paralela se veneraba a la Virgen Asumpta, en el valle de Las Vacas o de La Ermita, devoción que se arraigó con la llegada de las imágenes que se veneraban en Panchoy, y que fueron trasladadas a la nueva capital al ser destruido Santiago de los Caballeros, por los terremotos de Santa Marta, en 1773.

Devoción que perdura

“Los pobladores procedentes del Valle de Panchoy no solo llevaron sus bienes materiales, sino algo más importante: su devoción mariana, la cual heredaron a posteriores generaciones y subsiste por más de 200 años”, dice el investigador jocoteco Ernesto Sitamul, autor del libro De Panchoy a la Ermita, que presentó esta semana en ocasión de la fiesta patronal de la capital y del décimo aniversario de consagración de la imagen de la Asunción, de Jocotenango. “La Virgen de la Asunción se eternizó en la tradición de dos pueblos”, agrega Sitamul.

Origen

El patronazgo de la Virgen de la Asunción data de 1675, cuando en las vísperas del Día de La Asunción indígenas de la sierra de Canalitos, actual zona 24, se asentaron en lo que hoy es La Parroquia Vieja, zona 6, y edificaron un templo que se terminó de construir el 15 de agosto de 1723.

A ese pueblo se le denominó La Asunción del Valle de la Ermita, según el libro La Nueva Guatemala de la Asunción, de Pedro Pérez Valenzuela (1964).

Imaginería

El centro y signo de esta celebración es la imagen mariana, que representa el momento en que la Madre de Dios, es llevada al cielo por varios ángeles niños.

En la fiesta del 15 de agosto destacan tres imágenes: la venerada por los jocotecos del Valle de Panchoy, consagrada en el 2005; la “Virgen de los Indios”, y la que se encuentra en el altar mayor de la iglesia La Asunción, zona 2 capitalina. Estas esculturas provienen del Valle de Panchoy y aún no se ha identificado a sus autores.

Algarabía

Aunque la festividad por la Asunción de María es religiosa, nadie puede imaginarse esta fecha sin el festejo popular y el intercambio comercial que significa la Feria de Jocotenango. El historiador Luis Luján afirma que comenzó en la década de 1620, como un mercado de artesanías y comida, autorizada por el obispo de Santiago, fray Juan Diego Zapata y Sandoval.

Hoy como hace dos siglos los guatemaltecos visitan el templo de La Asunción, ahora situado en la zona 2, para cumplir con la tradicional visita a la Patrona de la Capital, participar en la procesión que visita la Catedral Metropolitana, para después disfrutar, en familia, de la feria de Jocotenango, jugar lotería, comer garnachas y bocadillos, tomar atol de elote, ponche, y pasear por el Hipódromo del Norte.

ESCRITO POR:

Edwin Pitán

Periodista de Prensa Libre y Guatevisión desde hace 14 años. Especializado en radio, prensa y televisión. Periodista del año de Prensa Libre en 2018. Productor de la emisión en directo de Noticiero Guatevisión.