Las demandas  contra la corrupción, el tráfico de influencias y los comportamientos impropios como el transfuguismo de diputados unieron a los guatemaltecos hace un año, pero los pocos avances y la actitud de los políticos crean desencanto que  poco a poco genera nuevas manifestaciones pacíficas. 
Algunos sectores consideran que uno de los cambios más importantes en el país ha sido en la conciencia de los guatemaltecos, sobre la realidad nacional y la fiscalización de la gestión pública.
    Para Álvaro Montenegro, del colectivo Justicia Ya, ahora hay más participación de los jóvenes en la política, pero afirmó que no bastó con la renuncia de un presidente, pues la corrupción continúa en el sistema.
El politólogo Jahir Dabroy remarcó que además de la percepción ciudadana en el país, todo sigue igual. Reconoció que  el primer paso era necesario, pero se debe continuar con el fortalecimiento de la democracia y la transparencia.
María Eugenia Díaz, de la Alianza de Mujeres con Acceso a la Justicia, coincide con los otros sectores en que es importante que la población esté más atenta a las acciones del gobierno actual  y fiscalice el uso de recursos.
Las asistentes a la Plaza de la Constitución y los diversos sectores del país reconocen como otro gran avance que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público desarrollen investigaciones contra exfuncionarios señalados de actos irregulares, como contra el expresidente Otto Pérez Molina y la ex vicepresidenta Roxana Baldetti.