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VIH: una  batalla de tres décadas

El VIH-sida aún es el agente infeccioso más mortífero del mundo, y en Guatemala se han registrado 34 mil 500 casos desde que se reportó el primero en 1984; sin embargo, existe un subregistro de incidencia que podría llegar a 48 mil.

En Guatemala se han registrado 34 mil 500 casos desde que se reportó el primero en 1984. (Foto Prensa Libre: Infografía PL)

En Guatemala se han registrado 34 mil 500 casos desde que se reportó el primero en 1984. (Foto Prensa Libre: Infografía PL)

De estas personas, 20 mil 500, es decir el 43 por ciento, conoce su diagnóstico, por lo que es importante frenar su avance. La epidemia llegó hace 31 años al país, pero el 73 por ciento de los casos no  fueron notificados sino a partir del 2004. No hay registro del número de muertos por este virus.

De los casos reportados en el 2014, según el Programa Nacional de VIH-sida del Ministerio de Salud Pública, el 60 por ciento corresponde a personas de 20 a 39 años, edad productiva. Las prevalencias están concentradas en tres poblaciones vulnerables: hombres que tienen relaciones sexuales con personas de su género, 8.9 por ciento; trabajadoras sexuales, 1.1 por ciento, y transexuales, 23.8 por ciento.

Los casos en la población en general constituyen el uno por ciento.

Según datos de Onusida, proporcionados por su director, Ricardo García Bernal, el 76 por ciento de los casos registrados se concentran en ocho departamentos: Guatemala, Retalhuleu, Escuintla, Izabal, San Marcos, Chiquimula, El Progreso y Suchitepéquez.

En Guatemala existen dos cepas del virus: VIH 1 y VIH 2, así como incontables mutaciones. Al comienzo de su aparición  en el país no había tratamiento antirretroviral, recurso humano capacitado, instalaciones apropiadas ni políticas que protegieran a las personas afectadas.

Además de facilitar la prueba de VIH a toda la población, ahora hay 16 unidades de atención especializada a pacientes a escala nacional, explica el Programa Nacional de VIH-sida.

“Nuestras condiciones han mejorado. Hace 15 años se veía a personas con VIH en la clínica del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social demacradas. Ahora, gracias a la atención y  a los medicamentos, se ve gente activa que estudia o trabaja”, refiere Joel Ambrosio, director de Asociación Vida.

“La sociedad aún piensa que el VIH/sida es una cuestión de homosexuales o trabajadoras sexuales, pero todas las personas están propensas a infectarse”, añadió.

Mejora condición

Desde mediados de la década de 1990 se han desarrollado medicamentos antirretrovirales cada vez menos tóxicos y más efectivos que permiten que la persona lleve una vida normal, como cualquier enfermedad crónica. Según la mutación del VIH en el individuo, así será la combinación de fármacos que se le administren.

Según Onusida, de US$12 a US$15 es el costo mensual de medicamentos genéricos de primera línea que se administran a cada paciente con VIH en el sistema de salud pública.

A los pacientes dignosticados con VIH se les apoya de manera psicológica para que acepten su enfermedad y   se lo comuniquen a su pareja. También se promueve la importancia del autocuidado y la adherencia al tratamiento antirretroviral, añade.

Ambrosio recomienda que se implementen campañas reales de prevención de gran impacto, para llamar a la población a protegerse contra la infección. El 96 por ciento de los casos en Guatemala se producen por relaciones sexuales sin protección.

Debido a que la infección por VIH se caracteriza por tener un período de desarrollo de hasta 10 años, es posible que una persona la adquiera sin saberlo y se hace la prueba hasta que se manifiestan los síntomas definitorios de fase sida. Las evaluaciones se hacen de manera gratuita en el sistema público de salud, y toda persona  sexualmente activa, de 13 a 64 años, debe someterse a ellas.

“Si alguien vive con VIH, por motivos éticos debe exponerlo a su pareja. Cualquiera que empieza una nueva relación sexual debe pensar en su propia protección, porque él o ella es responsable de mantenerse libre de la infección”, dijo García.

Metas

Para controlar la epidemia en 2030, según Onusida, Guatemala se sumó este año al consenso global en el que se acordaron las metas intermedias para el 2020: que el 90 por ciento de las personas que viven con VIH conozcan su diagnóstico; que el 90 por ciento de ellas reciban tratamiento antirretroviral permanente e ininterrumpido, y que el 90 por ciento tenga carga viral indetectable, para no transmitir la infección.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.

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