Esa cifra corresponde a un 70.38 por ciento del padrón de más de 7.5 millones, lo que arroja un abstencionismo de 29.62 por ciento.
La participación fue mayor a la de 2011, cuando sufragaron 5 millones 22 mil 64 guatemaltecos, es decir el 69.34 por ciento de ciudadanos empadronados.
A esa cifra hace falta el resultado de 449 mesas y que, en cuanto a la elección de presidente y vicepresidente de la República, harán la diferencia entre Sandra Torres, de UNE, y Manuel Baldizón, Líder, para definir al que pase a la segunda vuelta electoral con el candidato Jimmy Morales, de FCN Nación.
Muchos sectores no se atrevían a vaticinar ni siquiera que se iban a celebrar las votaciones por las manifestaciones que se iniciaron desde abril pasado para rechazar la corruptela y en las que, a la par, se exigían la suspensión de las elecciones.
La falta de aprobación de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos para evitar la reelección de diputados y alcaldes, entre otros, mantuvo incrédulos a los potenciales votantes de asistir o no a las urnas.
Sin embargo, parece que a última hora decidieron dar la “estocada mortal” al ausentismo y casi la mayoría de los 7.5 millones de habitantes empadronados, el 46 por ciento de ellos entre los 18 y 30 años, ejercieron su derecho al voto pese a los intentos de boicotear el ingreso a los colegios electorales.
Cifra anterior
La más alta participación en unos comicios se había registrado en 2011, con un 69.34 de asistencia de los 7. 34 millones inscritos en el padrón en aquel entonces.
Esas elecciones fueron las que llevaron al poder a Otto Pérez Molina, al derrotar en la segunda vuelta electoral al empresario Manuel Baldizón, de Libertad Democrática Renovada (Lider) , que parece ser el gran perdedor de la primera ronda celebrada este domingo.
Acusado de corrupción, el militar retirado fue obligado a renunciar a la Presidencia la semana pasada y por ahora se encuentra en prisión provisional a la espera de que un juez decida mañana si lo liga o no a proceso judicial por los delitos de asociación ilícita, caso especial de defraudación aduanera y cohecho pasivo.
Su vicepresidenta, Roxana Baldetti, que también renunció al cargo el 8 de mayo pasado, ya fue acusada de esos delitos por el Ministerio Público (MP) con el respaldo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) , que el 16 de abril último desmanteló la trama de corrupción conocida como “La Línea” .