Desde la captura y extradición de Ponce, en diciembre último, las investigaciones revelan que su hermano Jorge Ponce Rodríguez quedó al mando de la mafia y se encargó de reclutar a seis personas más, entre ellas Overdick Mejía, alias el Tigre.
Este último es señalado como un aliado de los Zetas, a quienes pudo haber ayudado para la expansión del cartel mexicano en Guatemala.
A Ponce lo señalan en EE. UU. de haber conspirado para distribuir más de cinco kilos —11 libras— de cocaína.
Narcofiesta
Las pesquisas fueron corroboradas con denuncias presentadas a la Policía Nacional Civil (PNC) por varios pobladores de Poptún, Petén, el 9 de enero último, sobre una “fiesta narco” celebrada en el lugar.
La denuncia, a la que Prensa Libre tuvo acceso, destaca que en la fiesta hubo disparos al aire y un fuerte bullicio que se prolongó por horas en un chalé a orillas del lago Petén Itzá.
Según fuentes de inteligencia civil, allí se consolidaba el reencuentro entre gente de Ponce y Overdick.
“Ernesto Ponce, hermano de Mario Ponce, narcotraficante extraditado a EE. UU., tuvo una narcofiesta en la aldea San Andrés Petén, de la cual están participando los agentes de la patrulla número 84 de Petén y el Tigre Overdick, quien últimamente habría manteniendo una relación estrecha con la familia Ponce”, destaca la denuncia.
Organización
Según informes oficiales, en la organización dirigida por Ponce Rodríguez supuestamente participa Gunther Dubón Ramos, abogado y notario, a quien se sindica de ser testaferro del grupo y quien se encargaría de legalizar las fincas que aquel posee en Petén.
El nombre de este profesional también figura en la creación y funcionamiento de la empresa Sky, S.A., en Panamá.
El Registro Mercantil del país canalero establece que esa firma comercial se constituyó en el 2004 y su representante legal es Dubón Ramos.
Las fuerzas de seguridad a cargo de la investigación aseguran que este legaliza las fincas que supuestamente les arrebatan a personas a través de extorsión. También tendría negocios en España, Colombia y EE. UU.
La función principal de este abogado sería comprar y vender bienes inmobiliarios; sin embargo, según el expediente de las pesquisas, últimamente se habría dedicado al cobro de cargamentos de droga en México y España.
El más nuevo de la organización era Overdick, quien pudo haber colaborado desde el 2008 con los Zetas. Las fuentes de inteligencia aseguran que desde esa fecha les proporcionó lugar para entrenamiento, personal y armas.
Los investigadores señalan a Overdick como jefe de un área en Cobán, Alta Verapaz, y de que tiene su propio ejército y su sector de operaciones. Su función en esa nueva organización supuestamente sería optimizar las rutas de trasiego de drogas.
Además les daría protección a los Zetas y les permitiría usar sus rutas a cambio de droga y regalías en las organizaciones. El Tigre es uno de los señalados en la denuncia presentada por los pobladores de Petén.
Como la organización de Ponce ha utilizado la vía aérea para el trasiego de droga, se conoce que ha contratado a pilotos para esta acción, entre quienes figura Pablo Agvik, alias el Martillo.
Según los investigadores, Agvik supuestamente se dedica a transportar drogas y dinero en efectivo de frontera a frontera e incursiona en países vecinos.
Agvik habría sido víctima de un atentado en una de sus aeronaves que se encontraba en un hangar del aeropuerto La Aurora, cuando se celebraba la toma de posesión del actual presidente, el 14 de enero último. La información oficial fue que estalló la batería de un vehículo.
Al Martillo también se habría unido Renato Moy.
Los investigadores afirman que este último se inició en el cartel luciano en la Costa Sur y la capital, y era el brazo armado del presunto narcotraficante Lencho Arrivillaga, pero después se hizo su socio cuando este fue apresado con 200 kilos de cocaína.
El Martillo trabajó con Arrivillaga como piloto, pero después compró sus propias aeronaves y se especializó en pistas cortas en las montañas de Alta Verapaz.
El señalado también se habría relacionado con varios carteles y se convirtió en el piloto personal de Mario Ponce.
Alianzas
Los investigadores afirman que a la organización también se unió Jorge Luis Meléndez Paredes, alias el Señor de los Caballos, después de que en marzo del 2011 allanaran una de sus viviendas, y en la finca Yeguadas Marifer, en Zaragoza, Chimaltenango, encontraron 18 kilos del alcaloide, fusiles y 49 equinos pura raza, cuyo costo total podría superar los US$2.5 millones.
De acuerdo con integrantes de la División de Información Antinarcóticos de la PNC, Meléndez Paredes es investigado desde hace varios años por nexos con el narcotráfico.
Las autoridades analizan la hipótesis de que Meléndez fue ultimado por narcotraficantes y su cuerpo fue enterrado en una finca de Izabal. Los responsables de su muerte pudieron haber sido los Zetas, debido a la rivalidad por la distribución y el tráfico de drogas en el país.
Mario Ponce supuestamente se quedó con todo el ganado y parte de la organización de Meléndez, según los investigadores.
Las mismas fuentes indican que el contacto internacional de esa organización estaría a cargo de Héctor Emilio Fernández López, quien supuestamente es el responsable del traslado de la droga de Honduras a Guatemala.
Las investigaciones antinarcóticos revelan que las áreas utilizadas por la organización de Mario Ponce para el trasiego de droga se encuentran en pasos ciegos de Izabal y Cortés, Honduras.
Los investigadores afirman que el trasiego lo efectúan en el kilómetro 304 de la ruta a la frontera Entre Ríos, hacia Honduras.
Nota de la Redacción: El 19 de agosto de 2020 se recibió en la Redacción de Prensa Libre una carta firmada por Gunther Dubón Ramos, y documentos emitidos por la Unidad de Información Pública del Ministerio Público y con base al Sistema Informático de Control de la Investigación del MP, donde se afirma que el expediente MP510-2005-46 donde fue sindicado por la Fiscalía de Sección de Lavado de Dinero y otros activos, tiene un estatus de: archivo físico (desestimado). El mismo documento emitido por el MP afirma que la información proporcionada no prejuzga de la inocencia o culpabilidad de la persona registrada.