Lo anterior es parte de la información que proporcionaron cinco personas que abandonaron esa banda y decidieron colaborar con el Ministerio Público (MP).
Las revelaciones sirvieron para conocer la forma de operar de 93 integrantes de esa mara que son juzgados en el Tribunal B de Mayor Riesgo, cuyo proceso entra en su recta final esta semana con las conclusiones del MP para llegar a una sentencia.
Los colaboradores eficaces dieron información que sirvió para armar el rompecabezas y establecer la jerarquía de la pandilla. Pese a que sus líderes están en prisión la estructura criminal ha continuado de la misma forma.
Los expandilleros informaron que existe el Consejo de nueve dirigentes —uno de ellos recién escapó de sus custodios—, quienes son los que ordenan a quién se debe extorsionar o matar.
De igual forma dieron datos sobre los lugares donde operan, el nombre de los integrantes y sus funciones, cómo ejecutaban sus acciones y la disciplina que existe en ese grupo de antisociales.
Esa pandilla centra sus operaciones en las zonas 1, 6, 18, Palencia, Villa Nueva, Chimaltenango y Colomba Costa Cuca, Quetzaltenango.
estructura criminal
Según miembros de la Fiscalía de Delitos contra la Vida, lo que se busca es que con la sentencia se reconozca judicialmente la existencia de una pandilla en su estructura, que sería la primera vez que se condene de esta forma.
Cada integrante de esa estructura recibe una paga por sus acciones.
De acuerdo con los colaboradores eficaces, el de menor rango —también llamado paro— recibe Q300 por semana y su función va desde ir a pedir la extorsión hasta hacer compras a supermecados, ya que el resto de los integrantes se mantiene escondido, debido a la persecución de la Policía.
Después va el sicario —chequeo—, a quien le pagan Q500 por matar a la persona indicada y también va a cobrar el dinero que exigen a transportistas y comerciantes en los lugares en que opera esta banda.
El siguiente rango es quien hace las funciones de tesorero —homie brincado—, entre cuyas tareas está la de matar a policías o ejecutar órdenes más delicadas. Le pagan Q1 mil 500 semanales.
El siguiente es el ranflero o cabecilla de una célula o de barrio y le pagan Q15 mil por semana. Este recibe órdenes del Consejo de los nueve que desde prisión le dice a quién matar y solo debe cumplir lo que le ordenan.
Conforme creció la pandilla se infiltró en instituciones del Estado. Al menos tres empleados del Registro Nacional de las Personas los ayudaron a cambiar identidad para evadir las órdenes de captura en su contra.
Debate
Los 93 procesados enfrentan a la justicia por acciones cometidas por la pandilla, entre las que destaca el asesinato de 35 personas, cobro de extorsiones a transportistas, comerciantes y particulares, y atentados que dejaron varios heridos.
El MP informó que entre los presuntos pandilleros se encuentran sicarios, colaboradores, encargados de recaudar y guardar dinero de la extorsión, así como responsables de ocultar armas de fuego utilizadas por la estructura.
La acusación señala que, entre el 2010 y el 2012, los ahora enjuiciados causaron terror en diferentes áreas de la capital y en departamentos.
Atacaron a funcionarios
El Ministerio Público busca que pandilla sea condenada por varios asesinatos.
Entre los hechos que la Fiscalía espera acreditar a la pandilla se encuentra la decapitación de cuatro personas, cuyas cabezas fueron abandonadas en varios lugares, incluido el ingreso principal del Congreso y la pasarela del hotel Tikal Futura, zona 11.
También los atentados contra investigadores de la Policía Nacional Civil en la zona 6.
El crimen contra la directora y una celadora de la cárcel para mujeres Santa Teresa.
La muerte violenta de un fiscal que investigaba a la estructura y de integrantes de la red de quienes sospechaban que colaboraban con las autoridades en las pesquisas.
El juicio empezó el 2 de julio pasado después de tres intentos fallidos.
El debate se efectuó por videoconferencia y presencia de algunos en el Tribunal.
DATO
93 acusados enfrentan a la justicia por diversos crímenes.