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Esto lo informó Degenhart, luego de que el viernes 22 de noviembre cinco integrantes de la Policía Nacional Civil (PNC) resultaron heridos de bala en la zona 7, donde supuestamente algunos elementos recibían el pago de una extorsión.
En el momento en el que los supuestos agentes corruptos se encontraban haciendo la transacción, estos fueron sorprendidos por otro grupo de uniformados que pretendía detenerlos, fue allí cuando comenzó el intercambio de disparos.
Lo ocurrido derivó en disturbios, quema de vehículos de la PNC y lanzamiento de gas lacrimógeno.
“No ganamos nada destruyendo la infraestructura del Estado que sirve para prestarles seguridad a las familias guatemaltecas”, dijo Degenhart.
Añadió que el grupo de supuestos pandilleros que agredió a los agentes y quemó autopatrullas y una motocicleta, es “algo que deja mucho que desear”.
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Agregó que un grupo de investigadores trabaja para identificar a las personas que causaron los daños a los vehículos de las institución.
El día de los incidentes en la zona 7, Luis Enrique Arévalo, viceministro de Gobernación, dijo a Prensa Libre que la PNC recibió denuncias sobre “actuaciones ilícitas” de agentes en aquella zona, por lo que un grupo de la Inspectoría General de la institución montó un operativo de captura, como parte de la estrategia de autodepuración.
Al momento de su llegada, los agentes fueron atacados a balazos por los “malos” agentes, confirmó Arévalo, por lo que se produjo un enfrentamiento que dejó heridos de ambos bandos.
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