Guatemala

Miguel Ángel Gálvez: Solo hago mi trabajo y a la gente le gusta

Caminar junto al juez de Mayor Riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, por los callejones que llevan a su casa, significa ser testigo del aprecio que por él sienten muchos de sus vecinos, quienes esperan turno para saludarlo, darle  un apretón de manos e incluso un fraternal abrazo.

Gálvez recibió felicitaciones de personas por el reconocimiento de Personaje del Año 2016. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

Gálvez recibió felicitaciones de personas por el reconocimiento de Personaje del Año 2016. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

Gálvez, designado como  Personaje del Año 2016 por Prensa Libre, por su trabajo al frente de casos de corrupción que involucran a exfuncionarios, recibió felicitaciones de familiares, colegas, vecinos y desconocidos que lo encontraron ayer en su camino.

Como es su costumbre, el juez se preparó y salió temprano  a correr, vestido con sudadero, pantaloneta, zapatos deportivos y gorra. Es aficionado a la bicicleta, el futbol y el tenis, deportes que practica   eventualmente.

En el camino compró  un ejemplar de Prensa Libre.  El voceador, Miguel Ángel Flores Molina, lo atendió con una sonrisa y no dudó en saludarlo.

Flores Molina se dio cuenta de inmediato que se encontraba frente al juez que en el 2015 ligó a proceso a los exgobernantes Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti por el caso La Línea y que en el 2016 volvió a procesarlos por el caso Cooptación del Estado de Guatemala.

Sorprendido, el voceador observó la fotografía de Gálvez durante varios minutos después de haberle entregado el ejemplar.

Llamadas

Desde tempranas horas, el juez recibió llamadas telefónicas de familiares, amigos y colegas que lo felicitaban por la designación como personaje del 2016.

Ramón Cadena, director de la Comisión Internacional de Juristas, le agradeció la labor que desde el año pasado ha desempeñado en contra de estructuras del crimen organizado de alto poder.

El juez Jorge Vásquez, presidente del Tribunal de Amatitlán, también felicitó a Gálvez por el reconocimiento.
“Le di like”

A las 8.45 horas, el juez decidió desayunar y buscó un comedor a pocas cuadras de su vivienda, donde durante dos horas comentó su experiencia en el Derecho, profesión que ha ejercido, en distintos momentos, como juez, abogado litigante, defensor público y asesor del Ministerio de Trabajo.

Al ingresar al recinto se oye la introducción de Black is black, de la banda Los Bravos. Momento en que los comensales de una mesa identifican al juez.

María Solís comienza una breve conversación con Gálvez al decirle: “Hoy lo vi en la portada —de Prensa Libre— y le di like —en Facebook—. Estoy de acuerdo. Yo estoy orgullosa porque hay que hacer el trabajo como se debe hacer, y usted ha demostrado que sí se puede. Está haciendo las cosas extraordinarias”.

Su acompañante, Víctor Manuel Masip, agrega: “—estoy— muy agradecido de tener a alguien como usted apoyando las buenas causas y haciendo un trabajo ejemplar”.

Mientras el mesero regresaba con los alimentos, Gálvez afirmó que es fanático de bandas de la década de 1980, tanto extranjeras como nacionales, entre las cuales recordó a Apple Pie, Caballo Loco, Cuerpo y Alma, Siglo XX y Agrupación Wonder.

Hasta el mediodía continuaron las llamadas telefónicas y Gálvez ofrecía disculpas antes de interrumpir la conversación para contestar su celular.

Mientras el juez salía del restaurante se escuchaba Roxanne, de The Police.

En Facebook, miles de  usuarios compartieron y comentaron la publicación.

“El menor daño”

Gálvez está consciente de que la ley se debe cumplir, que nadie es superior a ella y que todos tienen que responder por sus actos. Pero asegura que en ocasiones se puede causar daño a otras personas al procesar a un señalado de haber cometido un hecho ilícito.

“Yo trato de causar el menor daño. Por ejemplo, en el caso de los padres que son señalados por el Ministerio Público. Si el papá y la mamá van presos, ¿quién cuidará a los hijos?”, se pregunta, y de inmediato responde: “a veces hay que buscar una solución para no perjudicar a los niños”.

Gálvez asegura que en ninguna parte del mundo existe una sola resolución judicial que no cause polémica, por eso se debe respetar la independencia de la función del juez.

“En mi caso es válido que se cuestionen mis decisiones como juez. Lo que no se puede hacer es censurarme por cumplir mi trabajo. Sé que no a todos les va a gustar lo que ordeno”, enfatiza.

Con cada pregunta, Gálvez se muestra cauto al responder, espera unos segundos mientras analiza lo que dirá y fija su vista en algún punto.

La consulta que intenta contestar es: ¿en qué se basa la calidad del criterio del juez?, a lo que indica: “en su preparación. No se trata solo de sentarse en el lugar, sino de estudiar, y ese estudio debe ser constante. El Derecho hay que vivirlo. Se trata de una vocación”.

Gálvez debe volver a su casa, donde continúan las felicitaciones.

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