En marzo último, Flores ya había dado beneficios a otros tres implicados, Mario Adalberto Durarte Sical, los hermanos Enrique y José Ruiz Gutiérrez.
Investigaciones detallan que las víctimas tenían en común su edad —oscilaban entre 17 y 21 años— y varias eran universitarias. Más adelante, en sus testimonios, coincidieron en que fueron conducidas a terrenos baldíos o bodegas de cardamomo en un picop negro, gris o rojo de doble tracción. Sus agresores usaron gorros pasamontañas, y algunos pronunciaban marcadamente la letra z o tenían tatuajes.