Migrantes

Águilas del Desierto alertan a migrantes sobre peligros del desplazamiento

Una decena de voluntarios de esta organización con sede en California, Estados Unidos, visitan Guatemala y Honduras este mes.

Integrantes de la organización Águilas del Desierto, que se encargan de buscar y rescatar a personas migrantes en los desiertos fronterizos entre México y Estados Unidos, visitaron tres departamentos en Guatemala y uno en Honduras. (Foto Prensa Libre: Águilas del Desierto, cortesía).

Integrantes de la organización Águilas del Desierto, que se encargan de buscar y rescatar a personas migrantes en los desiertos fronterizos entre México y Estados Unidos, visitaron tres departamentos en Guatemala y uno en Honduras. (Foto Prensa Libre: Águilas del Desierto, cortesía).

Ely Ortiz es mexicano y tiene 52 años. Es originario de Huajuapan de León, Oaxaca y migró a Estados Unidos en 1987. Las condiciones sociales de su ciudad lo obligaron a desplazarse hacia los Estados Unidos, donde reside.

En la actualidad es el director ejecutivo de la organización de búsqueda y rescate Águilas del Desierto, con sede en California. La institución fue fundada en junio de 2012.

Las Águilas del Desierto se dedican a “buscar familiares perdidos que vienen cruzando la frontera, ya sea por cuenta propia o un coyote y son abandonados en los desiertos o montañas de California o Arizona”, explica Ortiz. 

Desde aquella fecha han rescatado con vida a más de 850 personas migrantes en los desiertos fronterizos entre México y Estados Unidos. Sin vida, recuerda Ortiz, suman unas 150 personas.

Junto con otros voluntarios de la organización arribaron a Guatemala el 18 de marzo pasado. Se han desplazado por municipios de Chimaltenango, Quetzaltenango y Huehuetenango.

Su primera misión en tierras centroamericanas termina el 28 de marzo en Honduras, donde estarán durante cuatro días a partir del 23 de marzo.

El objetivo

¿Por qué están en el país? Ortiz explica que viajaron a Guatemala y Honduras (tenían contemplado ir a El Salvador, pero no se concretó) porque hace dos años iniciaron una campaña de prevención para personas migrantes.

“Hace cuatro años un compañero visitó los albergues que se usan en la ruta migratoria en México. Empezó desde Nogales, Sonora, México, ciudad que comparte frontera con Arizona, Estados Unidos y terminó en Chiapas, México hace 2 años”, explica.

Por esa razón, relata Ortiz, vieron la necesidad de ir con más gente, con equipos preparados para dar toda la información, hacer presentaciones en los albergues para migrantes y revelar los riesgos y peligros a los que se enfrentan en la ruta hacia la frontera con Estados Unidos.

“Esa campaña de prevención dio resultados y decidimos venir hasta acá a Guatemala. Vamos a pasarnos a Honduras. Teníamos pensado ir para El Salvador, pero no va a ser posible esta vez. El propósito de esta gira es educar a la gente, de cómo se tienen que preparar para que al menos tengan una probabilidad más grande de hacer este viaje más seguro”, argumenta el director ejecutivo de las Águilas del Desierto.

Hacen conciencia

¿A qué se enfrentan? ¿Qué les advierten a las personas migrantes? Ortiz responde que cuando llegan a la frontera entre México y Estados Unidos, tras haber sorteado muchos peligros y sufrir las condiciones del clima, se enfrentarán a más circunstancias adversas.

“Desde que salen de acá van sufriendo mucho, ante la posibilidad de secuestros, extorsiones, violaciones a las mujeres cuando cruzan México. Cuando llegan a la frontera se van a encontrar con lo mismo, y otras adversidades”, argumenta Ortiz.

El activista manifiesta que, incluso, ahora están latentes los secuestros por grupos criminales que luego piden dinero a familiares a cambio de liberarlos o “los venden con otros coyotes” para explotarlos a cambio de seguir el camino hacia Estados Unidos.

“Hay mucho tráfico ilegal de personas. Alguien los lleva de aquí. Un guía, que los vende a otros que ya no saben ni quiénes son. Entonces a lo que más duro si se van a enfrentar”, alerta.

Agrega: “Además se enfrentarán a las inclemencias del tiempo, al calor de los desiertos de Arizona, donde hay muchas serpientes, escorpiones, pero también hay gente peligrosa dentro del desierto”.

La idea de las charlas que han dado en San Martín Jilotepeque, Chimaltenango y las cabeceras de Quetzaltenango y Huehuetenango, es dar consejos de qué tipo de comida pueden llevar, qué zapatos les va a servir mejor, ya sea en los desiertos de Arizona o en las montañas de California.

Les decimos qué tipo de ropa llevar, y algo importante, agrega Ortiz, el celular que usan, porque ahora este aparato ocupa un papel muy importante para salvar sus vidas.

“Si ya fueron abandonados por el coyote, ya no tienen agua, ya no tienen comida, pero sí su celular, pueden marcar al 911 y ellos detectarán el lugar en donde se encuentran por medio de la señal de donde sale la llamada y va a mandar la ayuda para rescatar a las personas”, refiere Ortiz.

El activista es de la opinión de que, si se le acabó la comida al migrante, pero tiene el celular, “es un alto porcentaje vas a salvar tu vida”.

“Todos esos consejos los vamos dando en cada presentación en donde, además, les ofrecemos datos de los puntos de contacto a donde se pueden dirigir.

Del narcotráfico, Ortiz prefiere no hablar. Es un tema que no lo abordan porque representa un peligro para el voluntariado que hacen.

En el país

Las pláticas que desarrollaron en Guatemala fueron para que las personas migrantes “tomen conciencia de desplazarse hacia Estados Unidos.

“Sabemos, y se lo hemos dicho en cada presentación, que todos tenemos el derecho de buscar una mejor vida para nuestras familias”, manifiesta.

Añade que “todo migrante tiene el derecho de buscar esa oportunidad, pero lo que les hablamos es eso. Les damos a conocer los riesgos y peligros, que evalúen, y quizás persuadirlos para que se queden con su familia, en su país, para que miren, en cierto caso, muchos pueden entender”.

Pero eso sí, advierte, si las personas están decididas a seguir su ruta migrante, les alertamos para que “se preparen física y mentalmente”.

“Si tienen alguna condición que les impida hacer ese tipo de caminatas, como una enfermedad crónica, diabetes, hipertensión, del corazón, pues que no lo intenten porque podrían ir solo a morir”, sentencia.

Ortiz justifica que no promueven en las charlas que se crucen en forma ilegal hacia Estados Unidos. “No les decimos: ‘vete allá, te voy a ayudar’, no, sino simplemente les hacemos conciencia que si van a hacer ese tipo de viaje se preparen”.

“Nosotros, seguiremos ayudando a los migrantes como lo hemos hecho desde 2012, sin cobrar un solo centavo. Así pensamos seguirlo haciendo”, puntualizó Ortiz.

https://www.tiktok.com/@aguilas.del.desierto.inc/video/7083290337564724522?lang=en

Más migración

Antes del 2012 la migración irregular la emprendían ciudadanos de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, según los reportes que recibían, dice Ortiz. 

Sin embargo, aclara, en los últimos dos años, la migración irregular de personas de Venezuela, Colombia, Haití, Cuba, República Dominicana, y países de Asia y África, se ha incrementado drásticamente.

“Las llamadas también incrementaron bastante. Teníamos una sola línea telefónica, pero por la demanda actual tuvimos que activar otras dos para ayudar a más personas”, relata Ortiz.  

En cuanto a las políticas migratorias de Texas, Ortiz es de la opinión que se ha puesto “demasiado peligroso. Los migrantes serán más vulnerables”.

“Pienso que va a disminuir el flujo migratorio en Texas y se va a mover nuevamente por Arizona o California. Ahorita están usando una nueva ruta que no era muy común por Nuevo México y es igual de peligroso por la distancia que son para caminar, ahí estamos hablando de 7 o 10 días de camino que tienen que hacer. Y si la persona con esas distancias no está preparada para caminar para ese tipo de esfuerzos que van a hacer, pues van a morir.

Águilas del Desierto

La organización fue fundada el 12 de junio del 2012. La iniciativa surge en el 2009. Elí Ortiz, personalmente, recuerda, tuvo el caso de un hermano y un primo hermano a quien el coyote los abandonó en el desierto de Arizona.

“Pedimos ayuda a un grupo similar al nuestro a que nos ayudaran a buscarlos”, recuerda.

Desafortunadamente, dice, tardaron cuatro meses y medio para localizar los cuerpos de sus familiares.

“De ahí sentí esa angustia, esa necesidad de ayudar, porque no había suficiente apoyo. En cuanto se oía la palabra migrante, te cerraban las puertas en todos lados. De ahí surgió la necesidad de ayudar”, expuso.

La organización empezó de cero, refiere Ortiz. “No sabíamos dónde y cómo buscar y no teníamos nada en mente. Al principio no teníamos idea de cómo adentrarnos en el desierto”. “Tomamos una capacitación de cuatro meses con los bomberos de Tecate en Baja California y nos certificaron. Desde entonces decidimos adentrarnos al desierto a buscar personas”, finalizó.

ESCRITO POR:

Raúl Barreno Castillo

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad y justicia con 25 años de experiencia.