Guatemala

Desafíos 2017 | Hay que recuperar el control de las cárceles

Análisis sobre el sistema de seguridad y régimen penitenciario, en opinión del experto Walter Menchú.

Walter Menchú, analista del CIEN en temas de seguridad ciudadana y sistema penitenciario. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

Walter Menchú, analista del CIEN en temas de seguridad ciudadana y sistema penitenciario. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

La reducción de muertes violentas y mejoras en los procesos de investigación son algunos avances de este año en el ámbito de seguridad, pero hay desafíos como mejorar los controles del Sistema Penitenciario (SP) y la depuración de instituciones del sector, señaló en entrevista con Prensa Libre Wálter Menchú, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).

¿Cuáles son los avances en seguridad?

Cuando uno revisa los datos de delitos, el principal es la cantidad de homicidios, y para hacerlo comparativo con otros años y otros países se toma la tasa de homicidios que bajó a 29.5 —por cada cien mil habitantes— en el 2015 y hasta noviembre estaba cerca de 27. Respecto de otros delitos, sabemos que dependen mucho de la denuncia que las personas hagan. No se ha realizado una encuesta de victimización que pueda dar seguimiento.

Pocos recursos en el SP y falta de dirección en profesionalización de la PNC.

Wálter Menchú señaló que el presupuesto del Sistema Penitenciario (SP) es muy pobre y que en un análisis efectuado por el Cien se evidenció que la mayoría se destina al pago de guardias, alimentos y servicios básicos en cárceles.

Agregó que cuando se quiere mejorar la infraestructura, como remodelar un centro carcelario o construir uno nuevo, no se tienen recursos.

En cuanto a la profesionalización de la Policía Nacional Civil, señaló que se ha enfocado en académicos, mandos altos, oficiales, comisarios y subcomisarios, pero se ha descuidado la parte operativa.

“Si uno va a hablar de la profesionalización de la Policía, hay que empezar por el reclutamiento, desde la academia de la Policía, y allí hay desafíos grandes en cuanto a los filtros que pasan las personas que llevan la academia, la formación que reciben, que no debe ser solo académica”, indicó.

¿En qué consiste la encuesta?

Estas se hacen para complementar los registros administrativos que llevan las autoridades. Hay muchos delitos que no se denuncian, lo que se hace es que a través de una encuesta representativa se entrevistan hogares y se pregunta si las personas han sido víctimas en un tiempo determinado de delito, y  allí se lograra establecer y complementarlo con los registros administrativos, porque al final no se puede tener un dato muy certero. Vemos que de las denuncias, todas se redujeron menos la de extorsiones, pero uno no sabe si las denuncias están aumentando porque la gente tiene más confianza y denuncia más o es porque el delito está aumentando.

¿Por qué a pesar de que la tasa de homicidio  ha disminuido, el clima de inseguridad y violencia persiste?

El tema de inseguridad se ve influido mucho por delitos contra la propiedad. Por ejemplo, los robos que se dan contra el motorista, contra automovilistas que están en el tránsito o en el semáforo o los buses que asaltan. Ese tipo de cosas pequeñas tiene mayor impacto en la percepción de la inseguridad en la población que un muerto en la calle, aunque en el caso del muerto es más grave el delito.

¿Cómo ve los cambios en Gobernación?

Que el ministro de Gobernación —Francisco Rivas— haya trabajado en el Ministerio Público ha ayudado a la coordinación interinstitucional. El tema de las fiscalías especializadas, por ejemplo, el cambio en la forma de la investigación del Ministerio Público que ahora  investiga estructuras criminales completas, ya no solo se dedica a capturar in fraganti a la gente que iba a cobrar extorsiones.

¿En qué le quedan a deber las autoridades a la ciudadanía?

Todavía hay un importante trabajo que hacer en cuanto a la depuración de las instituciones. Allí vemos que hay policías e incluso fiscales involucrados en hechos criminales. Esto debe ser un trabajo constante, y las inspectorías, tanto de la Policía como el control interno del Ministerio Público, deben estar siempre implementando protocolos y procesos para asegurarse de que los integrantes de esas instituciones no estén involucrados —en hechos ilícitos—, porque al final de nada sirve estar luchando contra el crimen si está incrustado dentro de las instituciones.

¿Qué debieran hacer las autoridades para reducir las extorsiones, si desde las cárceles operan los cabecillas?

Otro punto pendiente para el siguiente año. Lo que se tiene que hacer es lograr que desde las cárceles las personas dejen de delinquir y allí lo que se requiere es un mayor control, y se puede tener si se construye nueva infraestructura, porque la tasa de ocupación está arriba del 300 por ciento. Primero hay que deshacinar las cárceles para retomar el control. Con hacinamiento no hay forma de poner control en las cárceles. Y luego, implementar un sistema de rehabilitación para que las personas se ocupen en trabajo, en estudios. Lo que pasa es que cuando tienen mucho ocio buscan oportunidades para delinquir.

¿Qué otras acciones se deben implementar además de capturar a sospechosos?

El tema de las capturas es un mensaje importante. En la medida en que se apriete y se le reduzca el poder a estas estructuras, la credibilidad de un extorsionista se va a mermar. Y cuando se ataque a los extorsionistas en donde las víctimas son más vulnerables y los victimarios tienen mayor poder de acción, se reduce la oportunidad de todos los demás de que se aprovechen para cometer este delito. Creo que no se puede dejar de hacer las capturas, hay que hacerlas, pero en el futuro hay que implementar más estrategias de prevención para que los jóvenes no se involucren en estas actividades.

¿Cuáles son los principales retos del Gobierno para el 2017?

Uno es el tema de justicia, porque el problema es que los juzgados ya no se dan abasto con todo el trabajo que se está haciendo desde la Policía y el Ministerio, y vemos que los tiempos procesales ya no se están cumpliendo. Allí lo que sirve es fortalecer la capacidad de los juzgados para atender los casos, porque igual si el Ministerio o la Policía van a trabajar a este ritmo va a haber un momento en que va colapsar el sistema.

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