Guatemala

Oficialismo aislado y oposición empoderada, la primera lectura del nuevo Congreso

La integración de la nueva junta directiva del Congreso, la elección de Mario Taracena como presidente de ese organismo del Estado, y la instalación de la octava legislatura, genera expectativas positivas y complejas en torno a su funcionamiento. Sin embargo no habrá participación del oficialismo.

Analistas consideran que nueva legislatura genera nuevas expectativas (Prensa Libre Edwin Bercián)

Analistas consideran que nueva legislatura genera nuevas expectativas (Prensa Libre Edwin Bercián)

Analistas consultados coinciden con que en ninguna legislatura anterior había ocurrido que el partido oficial, en este caso FCN-Nación, no integrara la Junta Directiva del Congreso, lo cual podría romper el canal de comunicación que debe haber entre el Ejecutivo y el Legislativo.

El hecho que Taracena manifestará en su discurso que es necesario hacer cambios, por lo que promoverá la aprobación de las reformas a la Ley Electoral y Ley Orgánica del Congreso, abre la puerta a que se trabaje en favor de la población.

Jose Carlos Sanabria, analista político de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), considera que será una legislatura que entra a un contexto político bastante complejo, pues algunos diputados que la integran ya tienen acciones judiciales en su contra.

Además, una junta directiva que se prevé bastante difícil de sobrellevar y de alcanzar acuerdos, pues un ejemplo de ello es la búsqueda de apoyo para integrar la misma.

“Es importante señalar que debe haber canales de comunicación entre el Ejecutivo y Legislativo, en especial con sus diputados –oficialistas-, pero resulta llamativo que como mensaje político, en este caso, la Junta Directiva del Congreso no tenga a un diputado del partido de gobierno”, dijo Sanabria.

El politólogo expone que el que se haya elegido una Directiva con 119 votos, plantea un escenario con una agenda mínima en común, dado que supera la mayoría calificada.

“Abre la puerta para que el Congreso pueda trabajar como lo anunció Mario Taracena, para atender aquellas necesidades, principalmente las reformas a la Ley orgánica del Congreso, reformas a la Ley Electoral y que el Congreso pueda escuchar las demandas y necesidades de la población”, expuso Sanabria.

Junta impuesta

Jorge Wong, politólogo de la Universidad de San Carlos de Guatemala, manifestó que le generó dudas la integración de la Junta Directiva, debido a que se anunció que había hasta tres planillas, y al final se terminó votando por la única planilla presentada, lo que denota que fue una imposición.

Las personas que la integran saben que están en una posición muy elemental y comprometedora en la octava legislatura. La negociación entre dos planillas –Rabbé y Taracena–, denotaba una pugna entre dos grupos de interés dentro del Congreso de tomar la presidencia del Legislativo.

“Ellos deben estar conscientes que esta legislatura tiene que dar la talla, porque si no da la talla el pueblo va a tomar decisiones para buscar personas idóneas que si den la talla”, expuso Wong.

Oficialistas sin participación

Rubén Hidalgo, politólogo del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), expone que la junta directiva que tomó posesión es contraria al gobierno, que es algo fuera de lo normal si se compara con otras legislaturas. No hay un solo diputado que represente al gobierno. Tampoco hay participación femenina.

“Es importante manifestar que es una junta directiva construida y llamada a buscar la unidad en el Congreso, hacer prevalecer los consensos más allá de componendas”, dijo Hidalgo.

Taracena tiene la suficiente experiencia y sobre todo conoce las debilidades en las que las últimas legislaturas han caído. Es quien podría liderar un trabajo  para recuperar la confianza de la población y llevar al legislativo a eficientizar su trabajo.

Deberíamos de creer que las reformas a la Ley orgánica del Congreso, empujar la ley electoral podríamos decir que son parte de los cometidos de un consenso al que llegaron cinco partidos políticos, para conformar la junta directiva.

Informe de Gobierno

Luego de la elección e integración de la junta directiva del Congreso, en el punto 14 de la agenda se procedió al informe del cuarto año de gobierno por parte del presidente Alejandro Maldonado Aguirre, en donde resaltó el contexto en el que fue nombrado presidente del país.

Los analistas consideran que a pesar que habló del contexto en que fue nombrado por el Congreso, no mencionó al expresidente Otto Pérez Molina ni a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, mucho menos los avances que logró en los cuatro meses que estuvo al frente del gobierno. 

“Creo que el discurso se limitó a describir su contexto, mostrar algunas debilidades que enfrentó en su gestión, a presentar algunos problemas importantes del país como la pobreza y delineó algunos aspectos que debe asumir el próximo gobierno”, dijo Sanabria.

El experto agrega que otra de las características que no se mencionó, como si lo hizo en otros momentos, las acciones relacionadas con decisiones que tomó, como por ejemplo los salarios diferenciados.

Wong calificó el informe de gobierno como “simple”, pues no mencionó nada  de lo que sucedió el año pasado y que lo llevaron a la presidencia. 

“Los temas que si llamaron la atención fue pobreza y violencia y la diferencia entre los indígenas y los ladinos, lo rural y lo urbano, pero le faltó ahondar temas más profundos, me hubiera gustado escuchar sobre esos puntos, no habló de los salarios diferenciados. Un informe de 245 páginas no se puede resumir en 15 minutos”, expone Wong.

Hidalgo señaló que se debe estar conforme con lo que el presidente Alejando Maldonado Aguirre mencionó  porque era un gobierno de transición.

“No se podría esperar un discurso muy florido sobre lo que pudo hacer; trató de proyectar aquellas gestiones o logros”, finalizó.

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