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Un desastre que Estrada Cabrera insistió en negar

Hace 115 años se desencadenó en Guatemala una de las más voluminosas erupciones volcánicas que han ocurrido en el mundo en los últimos siglos. El 24 y 25 de octubre de 1902 el volcán Santa María, en Quetzaltenango, hizo erupción. 

Manuel Estrada Cabrera se mantuvo en el poder de 1898 hasta 1920. (Foto: Hemeroteca PL)

Manuel Estrada Cabrera se mantuvo en el poder de 1898 hasta 1920. (Foto: Hemeroteca PL)

Una cámara de magma debajo del coloso vació explosivamente su contenido en un terrible evento sin precedentes en nuestra sociedad conocida, por los daños y magnitud en varias ciudades del occidente del país.

La tremenda erupción arrojó durante veinte horas una increíble cantidad de arena pómez y polvillo volcánico (ceniza), que se elevaron al cielo en una columna eruptiva de 30 kilómetros de altura. La escoria volcánica fue esparcida por el viento sobre vastas extensiones del occidente de Guatemala y Soconusco, en Chiapas, México. La mitad del área de los departamentos de Quetzaltenango y San Marcos quedó cubierta por medio metro de producto volcánico. 

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La fuerza de la erupción fue tal que pudo escucharse en el área de Chiapas, la ciudad capital, inclusive hasta El Salvador y Honduras. Fue tal el escándalo que se rumoraba de que había un golpe de Estado por el sonido de detonaciones, y la desinformación en las principales ciudades fue propiciada desde el propio gobierno como veremos a continuación.

Tragedia negada por el gobierno

El año de 1902 fue tremendo para Guatemala, porque tres desastres habían afectado el territorio nacional: en enero, un sismo había dañado el puerto de Ocós; en febrero, un maremoto barrió la costa del Pacífico oriental; el 18 de abril, un potente terremoto destruyó la ciudad de Quetzaltenango, el cual tendría sucesivas réplicas meses después.  

La cadena de desastres naturales puso en serios aprietos al gobierno de Manuel Estrada Cabrera, en el poder desde 1898, quien trató de atender en la medida de sus posibilidades a los damnificados por el terremoto de Quetzaltenango, pero por diversos motivos trató de ignorar  y minimizar la erupción de octubre. 

El evento volcánico había llegado en un momento inaceptablemente inoportuno para Estrada Cabrera, horas antes de la inauguración de las Fiestas de Minerva, celebración que había organizado con gran pompa, como vitrina de Guatemala ante el mundo. 

Entre las detonaciones dantescas del volcán, las “Minervalias” se llevaban a cabo con total normalidad, ignorando la catástrofe que sucedía en el occidente del país. Una hoja oficial informaba que la erupción era en México. El diario de Centroamérica, órgano oficial de información, mencionaba que había una “lluvia de tenue ceniza”, mientras que las ediciones, casi en su totalidad, daban lugar a los acontecimientos de las fiestas de Estrada Cabrera.

En descargo se podría decir que el dictador y sus asesores no comprendieron la magnitud de la calamidad. O bien se podría pensar que la estrategia de desinformación era para no “alarmar” a la población en general. También alguien podría haber dicho que era poco lo que se hubiera podido hacer para aliviar los daños en las vastas áreas golpeadas por la calamidad. 

Fuera de las intenciones, el gobierno no intentó estimar las pérdidas de vidas ni el recuento de los daños. De hecho se decretó ayuda para las municipalidades afectadas hasta diciembre de 1902, bajo el terremoto de abril. 

Por meses se censuró los cablegramas al extranjero para que no contuvieran “mentiras” ya que toda publicación formal conoicda de la época sobre la erupción fue publicada en el extranjero. 

Testimonios

Un boletín oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México recoge el informe de Teófilo Palacios, vicecónsul de México en Retalhuleu. Palacios poseía una finca a seis kilómetros del volcán. El testimonio indicaba lo siguiente:

Apenas acabábamos de salir de la impresión fortísima que nos causo? el terremoto del 18 de abril, cuando sobrevino una nueva cata?strofe mucho ma?s terrible y asoladora, como jama?s se ha dado ejemplo en esta regio?n, cuya causa ha sido la erupcio?n del pequen?o cerro San Antonio contiguo al Volca?n Santa Mari?a.

La erupcio?n en su estado de fuerza duro? desde el 24 de octubre hasta el di?a 28, sepultando con las materias vomitadas la mayor parte de las zonas cafetaleras de Xolhuitz, Costa Cuca, Chuva?, Progreso y Tumbador. Se calcula en ma?s de trescientos mil quintales de cafe? la pe?rdida de la cosecha presente.

Seri?an las 5.00 pm del 24 de octubre cuando se oyo? un ruido terrori?fico como de muchos caudalosos ri?os, que no atinábamos lo que pudiera causarlo, y que durari?a unos treinta minutos. Comenzo? a caer una menuda lluvia de pedacitos de piedra y pudimos comprender que aquello proveni?a de una erupcio?n volca?nica pero sin atinar el volca?n que lo produjera. Siguio? en aumento la lluvia de piedras que se empezo? a mezclar con piedra po?mez y la atmo?sfera se lleno? de un polvo fini?simo, muy tupido, que dificultaba respirar. Comenzo? a oi?rse una como tempestad horrorosa y a temblar la tierra casi continuamente; los rela?mpagos nos envolvi?an.

La oscuridad era intensa… creí que lo presenciado sería lo mayor que pudiera producir aquella conmoción subterránea… cuán equivocado estaba, pues presenciábamos el prólogo de la catástrofe… como a las 3 de la mañana del 25 de octubre se dejó oir un aterrador estampido, semejando un horroroso bombardeo de muchas piezas de artillería… las explosiones hacían retemblar con mayor fuerza la tierra, el pánico cundía entre nosotros, ya que los techos amenazaban con hundirse por el enorme peso de la arena y piedras que caían. 

Información oficial

Al día siguiente, domingo 26, salía publicada la edición del Diario de Centro América en papel satinado, con una enorme fotografía del presidente Estrada Cabrera, detallando el programa completo de las fiestas de Minerva, sin dar un sólo párrafo a la erupción volcánica. El día 27 y 28 de octubre no hubo periódicos por las fiestas. 

El mie?rcoles 29 se publico? en No.6182 con el titular “Fiestas de Minerva”. El del jueves 30, “Discurso del Sen?or Presidente”. El perio?dico del viernes 31 teni?a el iro?nico titular “La Prensa ante Minerva”, discurso en las fiestas por Jose? Santos Chocano. En toda la semana no se publico? una sola palabra sobre la erupcio?n.

El tema tuvo que esperar hasta el lunes 3 de noviembre, 9 di?as despue?s del evento. El largo editorial se intitulaba “Proceder inicuo”. Deci?a entre otras cosas: “Con motivo de la ruidosa explosio?n del Volca?n Santa Mari?a la cual ocasiono? en verdad la pe?rdida de unas cuantas fincas de cafe?… se ha exagerado aqui? en la capital con inicua malicia los estragos causados… Y como el feno?meno fue acompan?ado de pavorosas detonaciones que se escucharon hasta la frontera de Honduras y El Salvador.., se aterrorizaron las gentes cre?dulas y sencillas y (tambie?n) las de mayor entereza de a?nimos.”

Continuaba el editorial “El volca?n arrojo? una lluvia de tenue ceniza hasta 14 leguas… y los habitantes huyeron despavoridos… de un peligro que en primer momento creyeron de muerte… an?a?dase que el suelo en torno al volca?n se mantuvo en continua aunque muy suave conmocio?n, motivo por el cual el pa?nico sobrepaso? los li?mites de lo imaginable.., nosotros mismos consternados por las espantosas detonaciones que aqui? en la capital fueron escuchadas… estuvimos tentados a creer en los horrores que en baja voz se anunciaban… Nosotros en vista de los hechos no podemos menos de censurar a tales alarmistas por cuyo inicuo proceder se habri?an encarecido las subsistencias a no haber sido la accio?n protectora del gobierno”.

De gran magnitud

De acuerdo con el sitio Live Science, el volcán Santa María en Guatemala se encuentra entre las 11 mayores erupciones volcánicas de la historia. Al volcán se le reconoce por la explosión que sucedió en el año 1902.

La erupción del volcán Santa María el 24 de octubre de 1902 fue una de las más grandes del siglo XX. La violenta explosión que ocurrió en Guatemala se produjo después de que el volcán permaneciera 500 años en silencio.

La gran explosión dejó un cráter de casi 1.5 kilómetros de ancho, lo que permitió que se formara el Volcán Santiaguito. Estos volcanes se encuentran ubicados en Quetzaltenango.

La erupción provocó una columna de ceniza que alcanzó una altura de 27 a 29 kilómetros. Se estima que el volumen de material expulsado cubrió un área de 150 km² y murieron aproximadamente 6,000 personas.

El sonido de la explosión del Volcán Santa María se escuchó hasta Costa Rica. Es por ello que es considerada como una de las más violentas del siglo XX a nivel mundial.

Un dato curioso es que ambos volcanes han sido catalogados como los más peligrosos del mundo a causa de su violencia y explosividad.

Hasta 1902 el Santa María había sido visto con desprecio por muchos geólogos nacionales e internacionales, porque, según ellos, no representaba un peligro real para Quetzaltenango y el resto del país. 

Sin embargo, en octubre de aquel año hizo vivir al departamento una noche oscura de varios días. Además, el coloso daba paso a la formación de otro cono más peligroso: el Santiaguito. 

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